Capitulo XVI

121 14 1
                                    

Yuna...

—¿Por qué rayos estoy así?  —pregunto reprimiendo mi rabia.

Hace dos días tuve que hablar con Ranmaru con el fin de conocerle a fondo y poder componer su canción. Resultó ser un chico muy trabajador y dedicado a la música, pero tuvo muchas complicaciones en su vida, como cargar con la deuda de su padre luego de que éste se suicidase, y la separación su las bandas en las que estuvo.

Me costó mucho sacarle palabras, le tuve fastidiar durante todo el día para que me contara más ya que habían muchas cosas que aún no entendía bien. Sin embargo, lo importante fue que, después de tanta pelea y gritos, conseguí la información que tanto necesitaba para su canción. Ayer se la entregué, desordenando mi cabello junto a una media sonrisa como agradecimiento. Luego, nos disculpamos por el espectáculo que hicimos  —él por su mala actitud y yo por comportarme como una niña mimada que no consigue lo que quiere—. 

Claro que en casa también había preguntado. También llamé y le pregunté a Kira si sabía algo de la familia Kurosaki, sin olvidar mencionarle que iría para allá a que me ayudaran en algo.

Hoy, a las 15 de la tarde con 23 minutos, he sido encerrada y atada a una silla a la fuerza bajo la vigilancia de 11 idols que, a juzgar por la expresión (al menos de la mayoría), no están muy a gusto de mi presencia; algo que no es nuevo para mí, pero es peor. Es más, creo que están enfadados por algo que hice.

¡¿Why?! —inserte voz de catbug.

—Es enserio muchachos  —Me limito a sonreír— ¡¿Por qué miércoles me ataron a esta silla?! ¡¿Dónde está mi bolso?! ¡Si Shiki y mi padre se enteran, los haría puré!

—Alto ahí loca  —Conecto con la mirada del teñido y bufo—. Si quieres que te soltemos, tendrás que contestar algunas preguntas.

—¿Cuántas son algunas? Porque para mí apenas son como 2 o 3. 

—Dependerá de tus respuestas si son convincentes  —responde Ichinose, con sus ojos fríos fijos en mí. 

—¿Podrías dejar de mirarme, Ichinose?

—Lo siento, no sabía que te desgastabas.

—No es eso. Solo que creo que me congelo.

—Es porque estás bajo el ventilador  —responde Hijirikawa indicando el techo.

—Anuma cy cierto... Aún así, voltea. Esto ya es incómodo.

—¿Responderá, Lady?  —Se acerca el coqueto de Starish, son su sonrisa y rosa en mano.

—Ya que. Pero con una condición.

—¿Qué condición? —Esta vez en Camus dejando de lado su té en la mesa, apenas sin hacer sonar el choque de la porcelana.

—Quiero que me desaten, ya ni siento que la sangre corra por mis extremidades, y eso me da más frío que antes. Es irónico porque es verano.

Busco mi bolso mientras ellos intercambian miradas cómplices junto a leves movimientos de cabeza. Suspiro por su comunicación no verbal que apenas puedo entender. 

Chequea eso albino, ustedes también son complicados como las mujeres y tienen su propio lenguaje mudo.

—Si lo hacemos... responderás nuestras preguntas ¿verdad, Yuna-chan?  —Asiento con la cabeza al castaño sonriente—. Ok~. Otoyan, Ai-Ai, hay que liberarla. 

Los nombrados se acercan a mí, el pelo cían tras mío a desatar mis muñecas y el pelirrojo mis tobillos. Aún el silencio es incómodo, sumando los 9 pares de ojos clavados en mí esperando pacientemente que el par termine de quitarme las sogas.

|Do Not Leave Us| [Utapri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora