CAPÍTULO 6

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NARRA BEAM

Siento sus labios apartándose de los míos y su frente posarse sobre la mía, abro los ojos, estoy muy mareado y desconcertado. Sus ojos me miran intensa mente, el marrón en ellos es tan profundo y atrayente, parece que son estrellas los que los hacen brillar de esa manera, su brillo es tan sublime que no me importaría perderme en ellos. Siento como mí mejilla derecha es acariciada con la tibieza delicada de su mano al tiempo que mi nariz es rosada con la suya.

-"Lamento esto hermoso"-

Su voz resuena en mis oídos y sonrió estúpidamente, estoy tan mareado que ya no siento las piernas, mí cuerpo se mese de un lado a otro y siento como soy absorbido por la negrura de la inconsciencia......


MIERDA!!!!

Grito a todo lo que me da la voz y me enderezó sobre la cama, inmediata mente la resaca me golpea y un fuerte dolor me invade la cabeza sintiéndo como si se me partiera en dos, boto las sabanas por un lado y saco las piernas de la cama sentándome, mientras trato de recordar la noche anterior, pero es inútil lo único que hay en mi cabeza es ese borroso sueño, valla que exagere con los tragos anoche, no recuerdo mucho después de levantarme para ir al baño, sólo.......

"ESOS OJOS"


Esos hermoso y brillantes ojos. Me levanto de la cama mareado por el dolor que me provoca está terrible resaca, me sostengo de todo lo que encuentro en mí camino para a evitar caerme o tropezar, entro al cuarto de baño y agradezco mentalmente por que tenga uno dentro de mí habitación, me detengo frente al lava manos y abro el botiquín de detrás del espejo y tomo un par de aspirinas, me las hecho a la boca, abro el grifo y llevo mis manos al chorro de agua recolectando una poca entre las palmas de mis manos y trago las pastillas, arrojó un poco de agua en mí cara para despejarme, me observó en el espejo y me encuentro fatal. Mi piel es blanca pero hoy esta realmente pálida a juego con unas ojeras, más qué amoratadas parecen negras. Tomo una ducha y relajo mí cuerpo mientras el agua caliente me recorre, después de veinte minutos salgo de la ducha preguntándome como demonios regrese a mí departamento, envuelvo mí cuerpo con la bata de bañó y regreso a la cama mientras secó mí cabello con una toalla pequeña, miro el reloj en la mesita de noche y - 12:55 pm - no recuerdo tener nada programado para hoy sábado así que me recuesto en la cama para tratar de seguir durmiendo.

Después de tratar de conciliar el sueño inútilmente por cuarenta minutos me levanto por el vació que siento en el estómago. Salgo de mí habitación aún en bata, el olor a café recién hecho inunda el pasillo, camino sigilosamente hacía la cocina, no recuerdo como ni con quién pude haber regresar anoche. La estúpida esperanza de que pueda ser Lila se cruza por mí mente por un momento, pero se desvanece al instante, ella jamás a movido un dedo y menos se metería en la cocina, me acerco lentamente y me asomo por una esquina del corredor mirando hacía la cocina pero no hay nadie del otro lado de la barra, tal vez uno de los chicos me trajo anoche, entro a la cocina y me sirvo una taza de aquél delicioso café, valla que me hace falta, me recargo en la barra de espaldas al comedor y doy un par de sorbos a mí taza haciendo pausas mientras ciento como el liquido caliente baja por mi garganta he inunda mí estomago dándome una sensación de tranquilidad.

- ¡¡ Buenos días CARIÑO!!!

Escucho una voz varonil fingida a un tono afeminado a mis espaldas, que me hizo dar un brinco por el susto haciéndome derramarme el café enzima, trago en secó y doy media vuelta sobre mis talones descalzos.

TÚ Y YO, ENAMORADOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora