Formula 9: Regresando a la academia.

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—Bien, todavía queda un buen resto de camino por recorrer, espero que traigan buenos zapatos— dijo Leonard saliendo de la mansión del conde Montt junto a Saito y Siesta para emprender el camino hasta la academia.

—Leonard podrías haber pedido una carreta vieja o algo así— dijo Saito caminando junto a Siesta

Leonard se dio la vuelta y apuntó a Saito con su dedo índice —Tú cierra la boca, deberías agradecer que todo fuera solucionado con la carreta sino tu cabeza había rodado por el suelo y Siesta habria terminado transformandose en la concubina del conde sin mencionar los problemas que le acarrearias a Louise— dijo Leonard molesto ante los reclamos de Saito.

—¿Concubina?— preguntó Saito sin entender totalmente a lo que refería Leonard

—Amante— respondió Siesta bajando la cabeza avergonzada de solo pensar en lo que le abria pasado —Señor Leonard no tiene que culpar a Saito por todo, parte del problema también fue mi culpa—

—Tú también cierra la boca, que un conde se fije en ti no es tu culpa, que Saito saliera sin tener nada en mente eso sí es ridículo y sí, representa un gran problema— dijo Leonard molesto reprochando a Saito quien estaba a un lado de Siesta.

—¡¿que esperabas que hiciera?!— grito Saito molesto ante los reproches de Leonard

—¡Avisarme!— grito Leonard llamando la atención de Saito y Siesta —quizás no sea el más fuerte de todos pero puedo solucionar problemas, ambos somos del mismo mundo y debemos apoyarnos mutuamente, es lo mínimo que podemos hacer mientras estamos aquí— dijo Leonard explicando el punto de su intervención para salvar a Saito.

—Tienes razon, debi pedir ayuda— murmuró Saito bajando la cabeza —Gracias por ayudarme— agradeció Saito honestamente a Leonard quien con justa razón lo había reprendido.

Siesta miró a Saito y luego se inclinó frente a Leonard —¡Muchas gracias señor Leonard, agradezco que me salvara!— dijo Siesta con una voz firme y llena de gratitud hacia Leonard —No se como pueda pagarlo, pero si existe algo que pueda hacer lo are con mucho gusto—

—Primero deja de llamarme "señor", solo llamame Leonard es bastante incomodo ese tipo de jerarquía— dijo Leonard rascando su cabeza con fastidio después de todo

Saito levantó su cabeza mirando a Leonard —es cierto, podríamos ayudarte y ser parte de tu equipo, ya sabes para ayudarte a trabajar más rápido— dijo Saito alegremente con mucha energia y emocion.

—No— respondió Leonard fríamente con un tono de voz seco y sin nada de simpatía como si hablasen con un persona totalmente distinta a la de hace un rato atrás, la voz de Leonard dejó a Saito y Siesta estupefactos y rígidos —Sólo soy parte de un equipo y asi seguira siendo para toda la vida— murmuró leonard volviendo a caminar mientras daba la espalda al dúo.

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Luego de haber caminado una gran parte del camino de la nada se escuchó el grito de una mujer —¡Leonard! ¡Saito!— gritó Louis desde el cielo montada en un gran dragón de color azul

—¡¿Louise?!— grito Saito sorprendido al ver que la voz correspondía a su ama quién descendía en el gran dragón azul.

—No está sola— dijo Leonard mirando a Louise quien estaba acompañada de dos chicas más

—La Señorita Valliere, la señorita Zebest y la señorita Tabitha— dijo Siesta reconociendo a Louise y sus acompañantes quienes montaban también el gran dragon.

Cuando el gran dragón descendió hasta el suelo formo una rafaga de viento que obligó a la tierra a levantarse —¡¿estan bien?!— gritó Louise bajando preocupada por sus familiares.

—Si, por suerte todos salimos vivos de la casa del Conde— dijo Leonard sin mucha emoción

—¡Estupido perro!— gritó Louise jalando la oreja de Saito quien se quejaba por el dolor —¡Te lo advertí antes, sabías que no debias ir y no hiciste caso en nada!— gritó Louise molesta

—Es una excelente noticia el saber que todos salieron intactos de la casa del conde Montt sabiendo que Saito se presentó con una espada para rescatar a una plebeya, es una suerte que no desenvainó la espada dentro de la casa— dijo Kirche recordando el hecho de la salida de Saito con su espada.

Las palabras de Kirche llamaron la atención de todos los presentes haciendo que Louise soltara la oreja de Saito —Fue Leonard, el llego en el momento perfecto—

—¿Leonard? ¿como lo hizo para salvarlos de un noble?— preguntó Louise

—Uso su carruaje— respondió Siesta con respeto hacia las tres chicas presentes.

—¿cómo sería posible que un simple carruaje sirviera como moneda de cambio para dos personas?— preguntó Louise sin entender nada

—Innovación— respondió Tabitha en voz baja llamando la atención de todos

—Es como dice Tabitha, tu no probaste la comodidad del carruaje, sencillamente era el transporte más cómodo que haya probado y eso que mi familia en tenemos muchos carruajes de lujo— dijo Kirche recordando los carruajes de su familia en Germania.

—digamos que el caucho salvo la cabeza de Saito y a su amiga— dijo Leonard sin mucha emoción y sin rastro alguno de pena o arrepentimiento —Solo volvamos a la academia lo antes posible ¿okey?—

—Tienes razon, es tarde y no quiero tener problemas luego— dijo Kirche recordando lo tarde que era.

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Tabitha termino haciendo tres viajes para llevar a todos a la academia ya que su dragón Sylphid solo podía llevar tres personas por viaje.

en el primer viaje Sylphid llevó a Kirche y Siesta, el segundo llevó a Louise y Saito, finalmente el tercer viaje llevó a Leonard y la jinete Tabitha quien tuvo que viajar en todos los trayectos.

Cuando llegaron a la academia ya era muy tarde y no quedaba mucho tiempo para el sueño —Lamento haber sido una molestia para tu tiempo de sueño, además agradezco que me trajeras hasta la academia, ahora si me permites todavía tengo mucho trabajo— dijo Leonard despidiéndose, agradeciendo y marchándose hacia el laboratorio que había abandonado antes.

—Bueno creo que deberia seguir avanzando, podría seguir con los amortiguadores..... si, seria un buen comienzo después de todo es fundamental— dijo Leonard ya en el laboratorio tomando un cuaderno y dibujando un boceto de su nueva creación.

—¿cuando fue que comence a ser mecanico?— se preguntó Leonard mientras se sentaba en una silla —un equipo..... lo lamento pero solo soy parte del equipo Kayn— dijo Leonard recordando a su antiguo equipo en el viejo mundo....

Zero no Tsukaima: KITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora