𝙀𝙡 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙤 𝙙𝙚 𝙢𝙞𝙨 𝙥𝙚𝙨𝙖𝙙𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨 [♡𝙒𝙤𝙤𝙃𝙤♡]

🌈U N O🌈

“Yo... ¿Como puedo decir esto? Mm...”

Mis manos estan pegadas a mi pecho, las palmas contra el frío metal al igual que mi trasero, el espacio es tan estrecho que hasta el respirar es una tarea difícil aquí.

Aunque soy bastante pequeño (cosa que no disfruto nada), tengo que agachar un poco la cabeza para no golpearme con la tapa superior, no hay espacio para inclinar las rodillas, no hay espacio para nada.

Puedo escuchar el ruido a través del metal aunque los sonidos están distorsionados. Tres líneas de luz golpean mi rostro a través de las finas líneas de ventilación del loker.
Quiero llorar y salir de aquí y en resumen quiero dejar de sentirme tan patético y débil.

No sé qué le hice a esos chicos, no sé qué le hice a WooSeok el líder de los matones, pero desde que existo soy la presa de su morbosa y retorcida mente.
En realidad no, antes cuando eramos solo unos niños éramos inseparables, pero las personas cambian y el lo hizo. Demasiado.

He llegado a pensar que el solo existe para causarme daño y desgraciar mi vida, lo peor de todo es que es mi vecino y eso hace que su tarea para arruinar mi existencia no tenga días de descanso, si quiera en fechas feriadas o vacaciones el siempre está allí a mi lado, con su estúpida sonrisa y un balde con pintura azul listo para dejarla caer sobre mi, como en mi cumpleaños... Hace un mes.

Y lo peor de todo es que ese bastardo es astuto como una serpiente, todo el mundo cree que es un ángel. Pero yo se lo que el es en verdad.

Es un demonio, si eso es y no hay dudas. Una noche lo encontré en mi habitación a ¡Las tres de las mañana!
Yo estaba dormido con mi pijama, mi manta y mi osito, va tengo 18 pero... Da igual lo importante de este relato es que el estaba allí, parado hace quién sabe cuánto tiempo, viéndome dormir como un jodido loco.
Y saben que, estoy seguro que solo estaba planeando matarme o algo así, o buscar mi punto debil. Pero el me miró, sonrió con su sonrisa burlona esa que pone cuando me tortura con algunas de sus pesadas jugarretas. El realmente quiere matarme.

Pero sorprendentemente y contra todo pronóstico esa noche no lo hizo, a pesar de que yo estuviera tan asustado como un ratón y desprotegido como un bebé sin pañal.

El solo bajo por mi ventana como un ninja, dejándome con la boca abierta.
Esa noche no dormí, me la pasé buscando trampas por toda mi habitación. Porque vamos
¿WooSeok en mi habitación sin lastimarme y sin dejar alguna trampa asesina? No parecía real.
Pero a las 5 de la mañana me di por vencido había revisado debajo de cada revista y zapato y estaba completamente limpio. Lo único que note es que BamBam, mi peluche amarillo que tenía desde que cumplí los 6 había desaparecido.

El se lo llevó, no había dudas. ¿La razón? No tenía idea. Pero era mala todo con WooSeok lo era.

Más de una vez camine hacia su casa para pedir a BamBam de regreso ¡Me pertenecía!, Pero ni hablar el era un monstruo, el tipo me sacaba por lo menos tres palmos. Okay quizás no era tanto pero yo a penas le llegaba al pecho. Imposible, podía soplar en mi dirección y yo terminaría en Texas.

Si, esa era la historia de mi vida.

WooSeok me empujaba y yo bajaba la cabeza.

WooSeok me encerraba en lockers y yo lloraba.

WooSeok se robaba a mi osito y bueno yo corría lejos.

Soy un cobarde, el peor de todos...

—No crees que a pasado mucho tiempo allí dentro sin emitir algún sonido?— una voz gruesa fuera del locker interrumpió mi gran momento donde me entretenía teniendo lastima de mi mismo. Lo que me llamó la atención es que conocía esa voz. Yuto.
Un japonés que llegó hace menos de un año a la ciudad y por su increíble atractivo (según cualquier chica con dos ojos a la que le preguntarás) y buena habilidad en el atletismo se hizo popular y como no, también entro a la bandada de matones de WooSeok.
Si el no estuviera presente todas las veces que WooSeok se burlaba o se metía conmigo quizás hubiera pensado que era un buen chico, pero el solo se quedaba allí, viendo sin decir nada. Lo que lo hacía tan horrible como los demás.