14

3K 252 1
                                    

En la ciudad de México el cambio de temperatura fue evidente de inmediato. Me pareció muy extraño ver tanta gente sofisticada y bien vestida. Tantos días viendo solo vestidos floridos  habían hecho estragos en mi cabeza.
Debido a mi orgullo, mi ego y sobre todo, el pequeño bichito que me estaba envenenando, yo fui vestida para matar, parecía una alta ejecutiva y me vesti de un rojo intenso. Solo hasta el instante en que mis ojos chocaron con los de un enojado Jonas fui capaz de reaccionar. No se veía cansado, ni dolido, en sus ojos solo había rabia y rencor en mi contra.
Solté el brazo de Adrian como si tuviese una enfermedad y el sonrio. Se acercó a mi oído y susurro.
-Ves...te dije que no serias capaz.
Sus palabras me hirieron olvidar la culpabilidad que comenzaba a sentir.
Ese susurro me erizo la piel y tuve que cerrar mis ojos porque la sensación me recorrió toda la piel.
-¿Quien dice que no puedo?
Esboce una sonrisa seductora y me le acerque con el propósito de causarle la misma sensación. Me quedé a sólo un par de centímetros de su boca y amplíe mi sonrisa cuando lo sentí tensarce, sus músculos se contrageron, trago y tomó aire.
-Estas jugando con fuego y te recuerdo que estamos en público.
-Bueno...quien juega con fuego es porque no teme quemarse.
El sonrio también, me sujeto de la cintura y la mano que tenía libre la utilizo para agárrame de la cabeza y besarme.
Yo sonreía victoriosa en mi interior y le devolví el beso con igual intensidad. Ese como todos los otros besos que me había dado era profundo, caliente, delicioso como ninguno.
Cuando me solto, yo aun tenía los ojos cerrados, solo los abri cuando lo escuche reir.
-Si vivir aquí en la ciudad hará que me dejes besarte más seguido, podría considerar mudarme.
Solo ahí caí en cuenta de lo que había hecho, del rumbo que habían tomado mis pensamientos y de lo poco consiente que fui. Que diablos me estaba sucediendo. Busque la mirada de Jonas y cuando la halle confirme mis sospechas. Estaba más enojado aún, tenía las manos apretadas y la mandíbula comprimida. Pero lo que más me confundio fue que el beso me había gustado y no me arrepentía y que la mirada de Jonas no me dolia, solo me causaba una culpa enorme.
-Te agradezco que hayas venido.
Me dijo mi hermana después de que nos abrazaramos. Su amiga Hanna estaba a su lado, los ojos rojos e hinchados, la nariz roja también y un poco despeinada. Se notaba que la chica la estaba pasando pesimo.
-Eres mi hermana Winnie, no te dejaría sola en un momento así.
-Estas preciosa mi niña.
-Gracias mami.
Le di un abrazo a mi progenitora y luego fui a recibir un fuerte abrazo de mi padre, que me dio besos en la cabeza y me sobo la espalda.
-Estas radiante mi princesa.
-Y tú te ves fenomenal papi.
-Me alegro ver que te va bien en tu matrimonio.
Después de ese pequeño intercambio de palabras nos sentamos todos en nuestros lugar y nos preparamos para recibir al juez.
El juicio comenzó, el fiscal comenzó su alegato.
-Gracias a los peritos, podemos decir que cinco cuadras antes el acusado venía a una velocidad moderada, y justo una cuadra antes acelero rapidamente, no hay huella de los neumáticos intentando frenar, por el contrario, la fricción del auto demuestra que justo antes de la colision el auto acelero más. El acusado tenía puesto el cinturón de seguridad, además de que el día antes reforzó los cristales del auto, por lo que estos no se rompieron.
Todos esos alegatos yo ya los había escuchado de Winnie, pero ahora me parecían más veraces y eso me confundio, si eso era asi, entonces no había sido un accidente.
El abogado defensor alegó que Jonas no tenía motivos para hacer semejante cosa y después de presentar varias pruebas comenzaron a interrogar a Jonas.
-¿Por qué acelero una cuadra antes?
-Yo...no lo se, estaba apurado y el semáforo estaba por cambiar.
-Porque no freno cuando vio el auto.
-Yo...no lo se, estaba nervioso, perdí el control del auto y...
-El auto estaba perfecto, si hubiese intentado frenar habría podido.
-Yo...fue un accidente, yo también salí herido.
-Si, salio herido pero mucho menos.
Por primera vez desde que lo conozco, Jonas perdió los nervios, se levantó furioso y miro con rabia al Fiscal.
-¡¡Ya le dije que fue un accidente!!
Con ese exabrupto y una advertencia del juz, acabaron el interrogatorio.
Mi hermana y su amiga dieron su testimonio y luego de lo que para mi fue una eternidad, el juez iba a dictar sentencia.
-Debido a las pruebas que han sido presentadas, los testimonios de los testigos y la declaración del propio demandado, este tribunal ha desidido que a Jonas Puentes, acusado de asesinato, daños y perjuicios, incumpliento de la ley del tránsito y fuga, es condenado a treinta años de prision, deberá pagar una multa de mil dólares por incumplimiento de la ley de tránsito y deberá pagar a las víctimas una indemnización de cincuenta mil dólares. Se levanta la sesion.
El veredicto del juez fue claro e irrefutable. Mi hermana y su amiga se abrazaron y agradecieron porque se hizo justicia y Adrian me miraba sonriente.
Yo por mi parte había derramado una lagrima de frustracion, estaba muy molesta con Jonas. Si lo que se había dicho aquí era cierto el era un maldito asesino y me había engañado todo el tiempo.
Camine en la dirección por la que se lo llevaron y Adrian me siguio.
-¿Por qué lo hiciste?
Los guardias se detuvieron y Jonas me miró con rabia.
-No tengo porque contestarte.
-¿¿¡¡Por qué!!?? ¡Es mi hermana, es una niña!, ¿lo hiciste porque no me quise ir contigo? ¡¡Respondeme!!
-¡Sí! Me dejaste por ese idiota, me dejaste por dinero. Lo arruinaste todo, todos mis planes. Yo...me volví loco, no sabia lo que hacía. Fue tú calpa, siempre es tu maldita culpa.
-¿Por que a ella?
Las lágrimas caían gruesas por mis ojos. No entendia nada de lo que me estaba diciendo.
-Todos en tú maldita familia tienen que morir, pero creo que el orden va a cambiar. Ya veras, sabrás de mi.
Los guardias se lo llevaron y yo, como una idiota lloré entre los brazos de Adrian. Él sabor de la tricion era amargo, y yo más que eso estaba confundida e incluso, con miedo por lo que podría suceder.

Cambio De VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora