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Baje corriendo las escaleras y justo al final choque con Soledad que iba subiendo.
-¡Oh, perdón!
-No, tranquila señora. ¿Que pasa?, ¿el señor esta bien?
-Si, si...yo...- Su rostro aniñado se veía confundido y yo me encontraba muy nerviosa. No rasone correctamente y la tome para la mano arrastrandola al despacho.
-¿Pasa algo señora?
Con un poco de reserva le conté toda la historia y ella solo al final tenía una sonrisa radiante que me confundio.
-¿Que es tan gracioso?
-Bueno, es obvio que usted está enamorada del patrón.
-¿¡Que!?, para nada.
-Pero le gusta.
-¡¡No!!- Ella entrecerro los ojos- Bueno si, me gusta un poco.
-¿¡Un poco!?
-Si, un poco.... o bueno mucho. Me gusta mucho, pero es algo físico. Nadie que tenga dos ojos dudaría que Adrian es guapisimo.- Me sente y puse mi mente a trabajar para nombrar sus atributos- Es alto, tiene un cabello negro precioso, esos ojos grises hipnóticos, la boca, ¡dios! Su boca, tan perfilada y.....no y el currpaso. Tiene unos brazos furtes, resistentes. Los abdominales y...- De repente me encontré a mi misma recondando la noche que habíamos pasado juntos y el rubor subió a mis mejillas.
-¿Y?..ya noto que si le gusta más que por el físico.
La voz diminuta de Soledad me trajo de vuelta a la realidad.
-¿Que?, no...para nada, yo...solo estaba recordando algo.
- De todas formas, el patrón no sólo es guapisimo, también es un hombre trabajador, honesto, sumamente sincero, bastante caballeroso y cariñoso.
-¿Como sabes que es cariñoso?
-Siempre tiene detalles muy lindos con todas las mujeres de la hacienda el día de la mujer y el día de la madre.
-Quizás yo no he notado nada de eso aún.
-O quizas ni siquiera lo conoce.
-Si, puede ser.
-Señora dese el tiempo de conocerlo, observelo, hable más con él, intente involucrarse para que este segura de lo que realmente siente.
-Adrian, nunca va a confiar en mi.
-Nada es imposible señora, intentelo, si el patron la ama, confiara en usted.
Soledad me dejo pensando y analisando todo lo que yo conocia de Adrian, y pensando detenidamente todas mis acusaciones y mi odio desmesurado fueron hacia él porque era el único referente de culpa que tenia.

Las siguientes semanas el se fue recuperando y yo le hice caso a Soledad, lo observe, lo estudie, me inmiscui en su vida diaria para poder conocerlo. Me fije en detalles como que si alguien cometía un error él le explicaba la forma correcta de proceder, que los niños luego de la escuela jugaban en lugar de trabajar. Que las mujeres mayores del pueblo lo llaman hijo y él las llama mima. Que las niñas lo ven como un principe y los niños como un héroe. Que las adolescentes babean por él y los chicos lo admiran. Para todos él es como el dios en su pequeño mundo y eso era porque los cuidaba de peligros, les propina todo lo que les hiciera falta, incluso en las casas más pobres había un plato de comida cada noche y agua potable para beber.
Descubrí también, detalles más personales, como que le gusta levantarse antes de que amanezca para poder ver el amanecer con una taza de café recién hecho, que adora cabalgar justo cuando está atardeciendo. Descubrí tambien, que de niño soñaba con casarse con una mujer hermosa y tener muchos hijos. Pero que fue tanto el tiempo que le tomo ser quien es, que ese sueño se redujo a nada y su última esperanza era ese viaje a México. Su padre, había desaparecido desde antes de su nacimiento y él nunca supo nada de él. Pero todo eso, solo me llevo a descubrir, que cada vez que lo veía hablando de cualquier tema sentía una admiración fascinante por su forma de expresarse, por que cuando lo veía entrar en las tardes sudado y cansado me daban ganas de abrazarlo y besarlo, llenarme yo también de sudor y bañarnos juntos después. Me descubrí a mi misma espiandolo en las madrugada, y luego mis sueños me llevaban a aquella noche en la que estuve entre sus brazos, para luego despertar sudorosa y agitada.
Las discusiones se redujeron a nada porque en mi ensoñacion, lo único que podía hacer era observarlo, cada día y cada noche.
-Estas rara.
Me dijo el sentándose junto a mi en el sofá de la sala.
-¿Yo?, para nada.
-No lo se, estas callada y pensativa, todo el tiempo desde lo que paso has estado diferente.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro.
-¿Que paso ese dia?
El frunzio el ceño pero en cuestión de segundos entendio.
- Ya sabes, él me tomo desprevenido y se aprovechó. Mientras me tenía amarrado me dijo que por tú culpa su esposa y su hija habían muerto. Luego dijo que yo haia arruinado sus planes.
-El quería destruir mi familia.
-El quería destruirte a ti.
-Si, pero...
-Era un psicópata.
Los dos nos quedamos callados unos minutos largos, el tema Jonas ya me comenzaba a frustrar y en ese momento desidi que el estría muerto  tanto  física como mentalmente. Para siempre.

-¿Te propongo un juego?
Le dije intentando cambiar el tema y meterme en lo que de verdad me importaba.
-¿Que juego?
- Yo nunca, nunca.
Él no sabia de lo que le está  hablando pero aún así asintio y me dedico una amplia sonrisa.
-Vale, juguemos.
Su repuesta contundente dio inicio al juego que nos haría conocernos profundamente.

Cambio De VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora