Los Guardianes

Capítulo XV

Capítulo XV

—Gracias por estar tan centrado y cuidarme en todo momento. —Victoria recostó la cabeza en el hombro del guardián.

Frente a ellos observaron personas que se encontraban en muy mal estado por las guerras, gente que pasaba frío y no tenía donde dormir, personas deformes por las bombas nucleares.

—Todo esto está en el mundo.

—Así es Delta. —respondió sin ánimo Mario agachando la cabeza.

—¿Y cómo ha pasado todo esto? ¿Por qué no hay una solución a estos problemas?

—Así como hay muerte también hay vida, y no son siempre actos de mala fe los que tiene la humanidad, han tenido miles de aciertos al ayudar al prójimo, siendo buenas personas, dando la vida por otros, esos actos son los que deben de prevalecer siempre no estos donde lamentablemente terceras personas son en las que repercute la vida.

Por muy extraño que pareciera algo en el ambiente transmuto, la bruma se empezó a disipar, y frente a ellos un camino plateado se vislumbró.

—Mira lo hemos encontrado. Lo hemos encontrado.

—Lo se Delta. —respondió con júbilo Mario tomándola de la mano.

—Ahora sigamos con la misión.

—En marcha Delta que daremos lo mejor de nosotros.

—Hoy y siempre Alpha. —respondió con ánimos Victoria levantando la mano.

—Hoy y siempre Delta. —asintió también con esas mismas palabras de aliento.

Siguieron por ese camino por un tiempo, aunque en ese lugar el tiempo se deformaba, podrían pasar algunos segundos que se extrapolaban a años o podría ser que fueran siglos que se transformaban a minutos.

—Ves eso. —irrumpió Mario en aquel lugar celestial.

—Es...es una luz.

—Si Delta pero no cualquier luz, esa es la luz de nuestro padre, en marcha.

—Tu, ¡tú no eres mi hijo!

—Claro que lo soy padre, "engendrado no creado, de la misma naturaleza del padre porque todo fue hecho".

—¡Como te atreves a blasfemar frente a mí!

—En ese caso, "perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

Después de ese comentario se escuchó una cínica carcajada en aquel lugar.

—Ya te dije padre, tú mismo has hecho todo esto, a tus hijos en la tierra, y por tus actos los planos colapsaran, tanto el cielo como el infierno.

—¿Eso es lo que tú piensas?, crees que no he creado y bendecido a cada ser vivo en la tierra...

—Creo que no padre, creo que lo pudiste haber hecho mejor. Y ahora es tiempo que estés aquí por toda la eternidad, Amén...

—Delta con cuidado que esa luz es muy fuerte.

—Es muy fuerte pero también es más fuerte nuestras ganas de salvar a Dios. —Victoria emprendió el paso firme hacia esa misteriosa luz, el brío era tanto que por un momento pensó que quedaría ciega pero no fue de ese modo, ya que después del resplandor pudo observar con mayor atención.

—¡Delta ten cuidado! —vociferó Mario corriendo detrás de ella.

—Alpha es...

Las palabras quedaron a la deriva al contemplar tanta magnificencia frente a ellos, la perfección reinaba a su alrededor.