Capítulo 6.

262 16 2
                                    

Gee apareció luego de un par de minutos en la habitación. Le hice señas de que se quedara en silencio, y luego le señalé a Jade que continuaba dormida. Gee me hizo una cara falsa de ternura, y luego me preguntó con la mente qué quería.

 ¿Recuerdas a alguien que se llame Leif? –claro que hablábamos a través de su mente, para no despertar a mi princesa que ahora se encontraba dormida.

Por supuesto, es el arcángel. Hermano de la princesa Chikako. ¿Por qué? –apreté mi puño, con la mano que tenía libre, por supuesto. Maldita sea, ¿por qué tenía que ser justamente él? Es cierto que hay muchas personas que pueden llamarse Leif, pero tengo el presentimiento de que es este Leif quien tiene algún tipo de relación con mi princesa.

Jade le dijo a su madre a ver si tenía noticias de un tal Leif. Averigua qué relación tiene con ese estúpido arcángel.

 ¿De verdad crees que con todos los Leif que pueden existir en el mundo, sea justamente el arcángel con quien ella tenga una relación?

Llámalo presentimiento, o como se te dé la gana. Pero creo que es así. Así que ve, y averigua.

De acuerdo, señor premoniciones. –contestó con una sonrisa burlona.

Se fue, después de una mirada exasperada por mi parte. Me quedé mirando a mi princesa, como estaba haciendo antes de que ella se durmiera, pero poco a poco, fui quitando mi mano de la suya y separándome. Ya hice suficiente con dejarme ver una vez, a partir de ahora tengo que mantenerme alejado de ella, vigilar que nada le pase pero desde lejos; que ella no sepa que yo estoy ahí. Será algo muy difícil mantenerme lejos de ella, mucho más si veo que sufre o siente algún mal, pero no me queda otra opción por ahora. Tengo que alejarme, aunque sea una agonía.

No puedo mostrarle toda la maldad de mi mundo siendo aún tan joven; no podría comprenderlo aunque quisiera. Cosa que aún no estoy seguro de que quiera hacer, porque una cosa es que no me tenga miedo y otra muy distinta es que quiera pasar la eternidad conmigo. Malditas sean este tipo de relaciones, nunca sabes si te corresponden o no. Era mucho más fácil cuando aún no me había enamorado de nadie. Podía no pensar en los sentimientos de los demás. Ni siquiera tenía que preocuparme por los míos, debido a que no tenía ninguno. Era el insensible hijo de puta que Keira dijo. Y eso era más fácil.

Pero no me daba la felicidad que siento ahora mismo sólo con verla.

¿Qué puedo hacer? Estoy enamorado, pero no puedo demostrar mi amor hasta dentro de mucho tiempo. Ni siquiera sé cómo hacerlo, pero eso no es importante ahora. No puedo acercarme a ella, porque eso me tentaría demasiado; pero tampoco puedo alejarme porque eso me pondría más nervioso, no saber qué le pasa, ni qué siente, ni si se encuentra bien o necesita algo. ¿Qué opciones tengo?

Ninguna, pero debo quedarme con mi última decisión, y alejarme de ella, por lo menos hasta que pueda mostrarme ante ella. De todas formas, Gee estará con ella en el mundo humano, cuidándola, y ella me avisará si necesita de mí para lo que sea.

Jade se despertó, casi como si hubiera tenido una pesadilla, y buscó algo por la habitación. Estoy casi seguro de que era a mí, pero yo me hice transparente junto a la pared, para que no pueda verme. No puedo permitir otro desliz como el de hoy. No puedo dejar que me vuelva a ver, no hasta que se haga el tiempo correcto para presentarme ante ella.

Así que, con la resolución en mi mente, y el pesar en mi corazón muerto, le di una última mirada, recordando todo su hermoso esplendor, y me fui. Fue una de las peores cosas que he tenido que hacer en mi vida. No creo ser capaz de volver a hacerlo, por lo que mi decisión fue la correcta. Dentro de dos años, cuando entre a su vida, será definitivo. No volveré a dejarla.

Amar en el infierno. -Castiel-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora