3

21.7K 1.6K 261
                                    


____________________

CAPÍTULO TRES
LA MANADA

__________________

Despertarme en una habitación, en una cama y con ropa que no conocía no era precisamente lo que tenía en mente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Despertarme en una habitación, en una cama y con ropa que no conocía no era precisamente lo que tenía en mente. El miedo se apoderó de mi nada más abrir los ojos y no reconocer la estancia. Sabía que era una casa de La Reserva, ya que todas tenían pinceladas similares, pero eso era todo lo que me decían las cuatro paredes que me rodeaban.

Casi solté un grito cuando la puerta de la habitación se abrió y Jared Cameron entró con una pequeña sonrisa pintada en los labios. Con los ojos como platos, cogí la manta más cercana y me tapé desde la cabeza a los pies, haciendo que él soltara un sonido muy parecido al bufido de un gato.

—No voy a hacerte daño, Liz.

Seguí mirándolo, asustada, mientras apretaba la manta contra mi pecho, gesto que no pasó desapercibido para Jared, ya que cerró los ojos brevemente y suspiró. Dio varios pasos hacia atrás, hacia la puerta, aún mirándome. Sacó medio cuerpo de la habitación.

—Échame una mano, ¿Quieres? Creo que no se fía de mi.

Fruncí el ceño al verlo volver a entrar en la habitación, pero sentí como se me tensaban los músculos al ver quién entraba detrás de él.

Embry Call.

Me miró, frunció el ceño y le dirigió una mirada asesina a Jared, que alzó las manos, en señal de paz. Oí como mi amigo de toda la vida soltaba un bufido, parecido al que emiten las serpientes cuando te acercas mucho. Luego, me volvió a mirar, cambiando su mueca seria por una pequeña sonrisa, como aquellas que solía esbozar en la cafetería cuando Jacob o Quil decían alguna tontería y ambos nos mirábamos, intentando saber si les faltaba un tornillo o si iban enserio.

—¿Embry?—

Ambos se mostraron asombrados de que dijera algo, ya que se miraron unos segundos. Embry se acercó a mi lentamente, recordándome los gestos de Jacob antes de que empezara a sentir como algo me quemaba.

Me mordí el labio al pensar en Jacob. Seguramente estaría como un loco intentando localizarme.

—Hey, Lizzie, ¿Cómo te sientes?

Decidí ignorar la presencia de Jared, observándonos a los dos con los brazos cruzados, para sólo prestarle atención a quien aún consideraba mi amigo.

—¿A parte de que me he despertado sabe dios donde y que él no para de mirarme cual acosador?—solté, sarcástica.—Estoy genial. Como si me hubiera atropellado un camión, pero genial.

SoulMate ↯ Jacob Black ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora