Fiesta

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-Hola, ¿te puedo ayudar?- preguntó una chica alta, con cabello obscuro y ojos verdes

-Hola, solo quería preguntar lo que le había pasado a los pasados dueños de esa casa – comenté señalando la casa

- Ah, ¿y por qué?, ¿los conocías?

-Algo así...

-Pues los dueños anteriores era un chavo llamado Adam y Carla que era su madre

-¿Era?- pregunté confundida

-Sí, Carla falleció hace un año y su hijo Adam comenzó a dar en venta la casa.

- ¿Y no sabes a dónde se fue?- pregunté preocupada

-No

-Bueno, muchas gracias – dije con una pequeña sonrisa

-De nada – dijo la chica

- ¿Puedo saber tu nombre? - pregunté curiosa

-Me llamo Miranda - contestó

- ¿Y tú que eras de esa familia?

-Por un tiempo fui la novia de Adam hace unos años, pero terminamos por unas cosas y quedamos como amigos después de un tiempo – contestó

-¿Y no tienes comunicación con él?

-No

-Bueno, muchas gracias por la información, nos vemos – dije con una sonrisa desanimada

Comencé a alejarme de la casa y empecé a dirigirme a mi auto para procesar todo lo que me había dicho Miranda. No creo lo de Carla, la última vez que la vi se veía demasiado bien. Después de pensar en todo esto comencé a manejar a mi casa. Cuando llegue baje del auto y me dirigí a la puerta para abrirla he irme a mi cuarto para descansar de todo este día

Día siguiente:

Me desperté y baje a desayudar ya que me había despertado con mucha hambre, me senté en el comedor y Lupe me sirvió unos huevos con salchicha y un chocolate caliente. Comencé a comer y a ver mis redes sociales, después de un rato me fui a mi cuarto para estar más cómoda y decidí ver una película.

No estaban mis papás en la casa así que se me ocurrió la mas fantástica idea y fue hacer una fiesta aquí, comencé a enviar mensajes a todos los que conocía de la universidad, por fuera y comencé a preparar la casa con adornos de neón y a pedir pizza, cerveza, tequila y otros tragos especiales junto con la música. Después me fui a cambiar, me puse un pantalón negro con una blusa color tinto que me llegaba a los hombros, me puse unas botas negras, me maquille y me cepille el cabello.

Después de un rato baje a la sala y abrí la puerta, en ese momento una estampida de chavos entro a mi casa y empezó la fiesta, conforme iban pasando las horas comenzaba a entrar más gente a la casa.

Cuando pasaron dos horas, alcance a ver a Rafael en la puerta y decidí ir con él.

-Hola – dije con mi tono de voz un poco alto ya que no se escuchaba por la música.

-Hola – dijo dándome un beso en la mejilla en forma de saludo

Comenzamos a caminar y le serví un trago, después empezamos a bailar y unos amigos comenzaron a llamarnos, agarre a Rafael de la mano y nos fuimos con ellos.

Mentiras de un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora