Capítulo 2

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_____ pov.

El césped era de un color verde muy brillante y se encontraba debajo de mi, el cielo se miraba demasiado claro y hermoso.

Pareciese como si estuviera en un cuento de hadas, había muchas montañas y un par de florecillas.

Me levante del suelo y al instante el aire revolvió mi cabello, se sentía tan fresco.

Pero, ¿Dónde estaba? ¿Qué era este lugar? ¿Dónde están mis amigos? ¿Cómo llegue aquí? ¿Qué era la luz azul?.

Un millón de preguntas cruzaba por mi mente a cada segundo, a cada instante.

A lo lejos pude ver una ciudad, se miraba deshabitada.

Necesitaba ayuda, así que me dispuse a caminar hacia allá.

Los autos estaban abandonados por todos lados, las casas estaban vacías y el ambiente era muy tenso.

No sabia donde estaba y tenía miedo.

Tiempo después escuche pasos acercandose hacia donde estaba. Mire a todos lados con desesperación.

Cada vez se acercaban mas y mas a mi, haciendo que mi respiración se acelerara.

Cuando ya no pude mas, entre a la primer casa que vi y cerré de un portazo haciendo que se escuchara por toda la cuadra.

Diablos.

-¿Quien anda ahi?-una voz masculina se detuvo frente a la casa.

Asustada me recargue en la pared y me agache bajo la ventana, tal vez así no me verían.

-Se supone que hay junta en pisos-Volvio a hablar.

Estaba demasiado nerviosa, no sabia que pensar, no sabia quien era o cuales eran sus intenciones.

Segundos después sentí como toco la ventana.

-Se que estas ahí-la sombra de este se dejo ver en la sala a través de la ventana.

Sin mas remedio me levante del suelo y me di lentamente la vuelta.

Había un chico de pie a través de la ventana. Su mirada estaba confundida.

-¿Quién eres?-fruncio el ceño y vi como poco a poco bajo el arma que tenía en mano.

-¡No me dispares!-trate de cubrirme con ambas manos.

-Sal y no lo haré -Subió una ceja y con lentitud me dirigí a la puerta de la casa para quedar afuera frente a el.

Su cabello era algo rubio, y sus ojos de un color miel demasiado hermoso. Tenia una bendita en una de sus cejas y usaba un cubre bocas.

-¿Quién eres?-insistio con seguridad tomando el arma con fuerza.

-¡¿Quién eres tu?!-me mostré a la defensiva.

Mala idea.

Levanto el arma y me señalo.

-Te di una pregunta, estoy esperando a que me respondas-introdujo su dedo en el gatillo.

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