Capítulo 54

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Montserrat

Por breves instantes, mi cerebro no puede procesar las palabras que Jack ha pronunciado. Es como si de alguna forma, algo se hubiese desconectado dentro de mí impidiéndome reaccionar.

Me incorporo del lugar en donde me encuentro para después pasar las manos por mi rostro, mi corazón late de forma acelerada y un extraño nerviosismo se ha apoderado por completo de mi cuerpo.

—¿Qué has dicho? —Inquiero casi con incredulidad.

—Que quiero que te cases conmigo —Repite él con una pequeña sonrisa en el rostro. —Sé que es pronto lindura, pero me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti ni un solo segundo. También sé que estamos en un hospital y esta es probablemente la manera menos indicada para hacer una propuesta de matrimonio pero no puedo resistir un solo segundo más sin decirte lo mucho que te amo y las ganas inmensas que tengo de pasar el resto de mis días a tu lado.

—Sé que no hemos sido los mejores, sobre todo yo que te he fallado en varias ocasiones, pero me consta que si estamos haciendo funcionar esto, haremos funcionar cualquier cosa que nos propongamos, te amo Montserrat, te amo como nunca he amado a alguien, con una intensidad que me desborda y no me deja estar tranquilo si no te tengo a mi lado. Tú y Hanny son las cosas más preciadas de mi vida y quiero tenerlas en ella para siempre, hasta mi último suspiro.

Las emociones que me invaden en estos momentos sin incontenibles y arrasadoras.

—Jack —Pronuncio su nombre con suavidad sin ser capaz de decir algo más, me acerco de nuevo a la cama para poder tomar sus manos.

Tengo que tomar un par de inhalaciones para intentar calmar el mar de emociones que me estaba inundando en estos momentos, cuando creo poder hablar sin trabarme en la primera sílaba, lo hago.

— ¿Estás hablando en serio? —Inquiero casi en un susurro.

—Estoy hablando tan serio como nunca en mi vida —Él hace un esfuerzo para enderezarse en la cama, una mueca de dolor lo invade y coloco una de mis manos sobre su pecho para evitar que pueda hacerse daño.

—Recuéstate —Pido —No vayas a hacerte daño.

—No creo que pueda hacerme más daño del que ya tengo —Responde sonriendo —Entonces ¿Aceptas casarte conmigo? —Pregunta de nuevo ansioso.

Mis piernas parecen perder su fuerza cuando él pronuncia aquello, una inmensa sonrisa se coloca en mis labios mientras intento no romperme por la emoción en estos momentos.

— ¿Cómo podría si quiera negarme? —Inquiero acercándome aún más a él —Claro que quiero casarme contigo.

Sus ojos brillan de emoción, la sonrisa de sus labios se engrandece y me lanzo a sus brazos en cuestión de segundos, lo beso mientras siento que cada espacio de mi cuerpo es llenado por la maravillosa sensación que experimento.

—Solo tú sabes cómo hacerme el hombre más feliz del mundo solo con palabras —Pronuncia. —Te juro que apenas salga de este lugar, te compraré el anillo más bonito y maravilloso, tan único que será exactamente para ti —Promete —Te lo juro.

—No necesito un anillo —Contesto —Pero estaré encantada de recibirlo.

Jack suelta una pequeña risa mientras ríe, tras eso, coloca sus manos a los costados de mi rostro y vuelve a besarme.

(...)

Pese a mi insistencia de quedarme más tiempo en el hospital, Jack me había pedido que regrese a casa de mis padres para ver como se encontraba nuestra hija.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora