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Aristoteles.

-Joven Corcega, estoy esperando su repuesta.- dijo un gran jefe de un estudio de música, este me ofreció una gran oportunidad para despegar mi carrera.

-Este.....yo....acep...to.- sabía las consecuencias de aceptar esto, espero Temo comprenda y no me odie.

-Felicidades, usted va ser muy famoso, ya verá. Tiene el mundo en sus manos.- dijo una con una gran sonrisa.

-Gracias.- dije algo serio.

-Mañana mismo lo espero aqui con sus cosas, empezaremos con pequeños conciertos en el país, después ya verá que su nombre dará la vuelta al mundo.-

-Si, espero poder lograrlo.- estrechamos manos y entonces regresé con Temo, pensando como haría para que entendiera lo que voy hacer.

Temo.

Ari y yo tenemos dos años de novios, la verdad depués de tantas pruebas logramos estar juntos. Yo soy el hombre más afortunado de todos al tener a tan perfecta persona como pareja.

El día de hoy estaba impaciente, pues Ari salió, no dijo a donde, pero sería rápido.

Entonces llegó la hora en que aparecio, yo estaba esperando en aquel parque, sentado en aquella banca donde vivimos varias de nuestras aventuras.

-¡Ari!-grité y corrí para abrazarlo, él contestó muy lentamente, pude notar cierta seriedad de su parte.

-¿Sucede algo?- dije un poco consternado.

-Este.....yo tengo algo que decirte Temo.- dijo sin cambiar de expresión.

-Dime, sabes que yo te escucho cuando quieras.- los dos nos sentamos en la banca.

-Temo yo te amo.....pero...-el no podia hablar más.

-¿Pero qué?- dije con cierto miedo.

-Veras, conocí a un gran manager de música, él me pidio una muestra de mi talento y le parecio interesante.-

-¡Que bueno! Pense que era algo malo lo que querias decir.- dije aliviado.

-Es que si hay algo malo..... yo tengo que dejar Oaxaca..... él me dio una gran oportunidad en varios lugares del país. Depués puede haber la posibilidad de mostrar mi talento por varias partes del mundo.- entonces mi sonrisa se borró, ya empezaba a imaginar varias cosas.

-Eso quiere decir que...- mis ojos empezaron a humedecer.

-Temo...es una gran oportunidad....y yo acepte. La verdad no hay muchas como esa.....quiero ser un gran cantante.- cada palabra fue como una puñalada, en pocas palabras Ari estaba terminando conmigo.

-Si es una gran oportunidad.....entonces eso quiere decir que terminamos- mis lagrima ya rebalaban sobre mis mejillas.

-Yo te amo Temo, juro que vendre a verte en cuanto pueda.-

-Si me amaras no pensarias solo por ti.- susurré, pero era un hecho que me escuchó.

-Crei que me ibas apoyar Cuauhtemoc, pensé que serías más conciente.-subió el tono de su voz.

-¡Tienes razón, entonces la invitación a la Universidad de México que rechazé en la carrera de política, que sabes que es lo que queria y que solo por tí no me fui!-

-¡Si me lu hubieras dicho yo si entenderia!¡Cada quien su vida ¿no?!-

-Tienes razón. Pensé que eras diferente Aristoteles, asi de fuerte es tu amor, sabes quedatelo, aunque creo que es más tú avaricia la que te llevas.-

Salí corriendo hasta mi departamento, no escuché ni siquiera un "espera". Me tiré sobré mi cama para llorar como nunca lo había hecho.

Para la noché mi Papancho entró y juntó a mis hermanos me abrazaron, yo les conté todo lo que paso y ellos trataron de consolarme.

Ni siquiera pude dormir, solo pensar que él se iba. Amaneció y pensé que tal vez si estaba siendo grosero con Ari, tal vez intente reprimirlo de sus deseos, tal vez yo fui el egoista.

Estaba frente a su departamento y con algo de duda toqué la puerta.

-¡Temo!- la persona que me recibio fue Polita.

-Hola Polita, este.....¿Esta Ari?- su rostró se mostraba impresionado con un toqué de tristesa.

-Hay Temo.....Ari se fue....pensé que te había dicho.- mi rostro cambio con solo escuchar esas palabras.

-No...s-se preoucupe....lo hizo...solo que ...- no pude hablar más y corrí de regreso.

-Pero el volvera.- escuché gritar a Polita.

De nuevo me tiré a mi cama, no podía con el dolor de estar lejos de Ari, ni siquiera intento verme de nuevo. Ya no sabía quien era culpable o quien era el cobarde de los dos.

Entonces toda esa semana no fui a la escuela, no quería saber nada, mis Papancho me iba a ver cada día al igual que mis hermanos, trataban de levantarme, pero no era suficiente.

Pasada la semana, logré tomar el valor para salir de nuevo. Entendí que la vida sigue y si Aristoteles puede yo también.

Cumplí 18, termine la prepa y fui aceptado en la Universidad que antes rachazé. Estaba más que decidido terminar mi carrera.

Mi familia se puso triste al igual que yo al marcharmé a México, pero es parte de la vida.

Afortunadamente conseguí un departamento en una pequeña privada. Estaba cerca de la escuela.

Me hacía el fuerte, pero muy adentro sabía que necesitaba estar con Aristoteles, extañaba sentir sus labios y sus manos, era un dolor de cada día el que vivía.

Aquel año que estuve en Oaxaca depués de que se fue, tenía la esperanza de que viniera, aunque fuera solo para saludar, pero nunca regreso, eso sí su fama se hizo tan grande que era tendencia en las redes.
Todavía recuerdo aquella entrevista que salió en la tele, donde le preguntaron acerca de una pareja, pero él lo negó todo. Depués de tiempo me hize a la idea de que él era culpable.

Tiempo después.

Han pasado 4 años, estoy apuntó de terminar mi carrera. Mi actitud cambio mucho, ahora soy una persona más seria y amargada es díficil verme una sonrisa. Mi amigo Diego es el único que logra ponerme de buenas.

Una noché caminaba por la privada, al centro de ella se encontraba una pequeña fuente. Aveces los niños tiran sus monedas y creen que un deseo se les cumplirá.

Es gracioso ver como piden con tanta esperanza, pero lo es aún más que yo este aqui y lo crea.

-Esto es una tonteria Cuauhtemoc.- me dije a mi mismo. Retrocedí un poco pero la intriga me hizo volver.

-Veamos, porfavor cumplé mi deseo.- saqué una moneda, antes contemple el lugar para asegurar que nadie me viera.

-Solo quiero....tener a mi lado... el amor de Aristoteles, que sea tan atento como cuando era  adolecente. Te pido que me lo traigas de regreso, que se de cuenta que no puede vivir sin mi.-

Parecía el deseo de un soltero desesperado, pero no aceptaba no tenerlo a mi lado. Como era de esperarse nada ocurrio, asi que me adentre a mi departamento y me acosté en mi cama, un suspiro de desepción salio de mi boca y cai dormido.

Narrador.

Aquel castaño callo dormido como si de una piedra se tratara. Era ironico creer que tal cosa puede venir de una fuente, pero a la media noche un gran destello recorrio el departamento donde Temo se encontraba.

Una figura de un hombre se había aparecido en la sala. La plegaria de traer a él rizado de vuelta se había cumplido....


¿Deseo erroneo? (Aristemo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora