Caen deslizantes por las mejillas como si de ríos se tratasen. Mojando no solo los ojos si no todo tu interior. Una vez que se origina una, incita a las demás a salir. ¿Qué se puede hacer para pararlas si ni tu misma sabes lo que las han creado? Aunque quizá siempre lo supiste pero no lo quisistes admitir. Siempre dentro de ti supiste la verdad y solo ahora cuando el problema está creciendo en tu interior sabes que duele. Ese dolor que sientes que te comprime el corazón y a veces te cuesta respirar. Ese dolor que con solo pensarlo se te mojan los ojos y no puedes evitar que caigan esas conocidas lágrimas.