Kemba y el sencillo plan

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La primera cosa que hice quando nos dejaron solos en nuestras jaulas, fue mirar a mi alrededor para ver a la gente que me acompañaría durante este tiempo en la carcel.

Delante mio, habia un hombre mayor, delgado. Al lado de mi jaula habia un tipo negro, alto y fuerte que no dejaba el cigarro para nada y al otro lado se encontraba un hombre delgaducho, no muy mayor, que no para de leer su libro, que parecía muy antiguo.

Iban pasando los minutos hasta que nos llamaron para comer. El comedor era simple, paredes blancas y un par de mesas. Nos tragieron un par de lentejas, un trozo de pan, y un sucio baso de agua. Cuando termine el plato me abrio conversa el tipo del libro, me contó porque el estaba aqui, y yo le conté mi razón.

Seguimos hablando durante un buen rato y en voz baja le dije si queria intentar fugarse junto a mi. Él me miro con una cara de que estaba loco y me dijo que aun nadie lo habia conseguido, y que a todos los que lo intentaban los torturaban y seguidamente los fusilaban.

Entonces apareció en la conversa el tipo negro del cigarro que me dijo que él queria intentarlo. Aun que fuera muy difícil. Él me contó información sobre los guardias de la prisón, como patrullaban, y cuando. Por delante de nuestras jaulas pasaba un guardia cada 15 segundos.

Nosotros dos no ibamos con mandangas así que decidimos ir a lo facil para nosotros. Pillar un par de metralletas y hacer lo que teniamos que hacer. Kemba, asi se llamaba el tipo, dijo que el era soldado americano con medalla de honor y que conocia un hombre que podia conseguirnoss un buen arsenal.

Entonces se terminó la conversación quando un guardia nos aviso de que ya era hora de ir al patio, que teniamos 1 hora de tiempo libre. En esa hora fuimos a hablar con el conocido, de Kemba que nos ensenyó su enorme arsenal que escondia de los guardias. Ese hombre era un mafioso italiano muy importante.

Nos prestó dos granadas de humo y dos AK-47 que escondia desde hace mucho tiempo.

Volvimos a nuestras jaulas con las armas escondidas. Nos costó mucho trasladar las armas a las jaulas pero después de ingeniar un fantastico plan, pudimos pasar los controles de seguridad. Ese mismo dia teniamos revision de jaula asi que mientras no nos miraban, Kemba hico un agujero en la pared para tener un minimo espacio para esconder el arsenal.

No fue muy difícil esconderlo ya que el guardia que vigilaba en ese momento era un poco subnormal y no se enteraba de nada.

Teniamos ya el arsenal preparado para la fuga pero esa misma tarde volvía a tocar la revisión.

Hombre de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora