Costuras | Namjin

003| Jin

Me levanto con Zombie de Miley Cyrus. Irónicamente, escuchar la canción a estas horas hace que me vea como un muerto viviente. Entro a tropezones en la ducha y me permito que el agua me destense. Pese a estar acostumbrado, no me agrada el silencio que irrumpe en mi apartamento de madrugada. Extraño la compañía de mi madre. Así que levantarse se siente como un enorme sacrificio si ella no está a mi lado.

Tras secarme con la toalla vieja del baño, me visto casi por inercia y tomo asiento en el pequeño salón. Una vez acomodada, me dispongo a alcanzar el control remoto con hastío y encender la televisión. A estas horas solo hay teletienda. Prestar atención a un programa de asesinatos en serie se ve más interesante que las ofertas de tres por dos de planchas de pelo, así que me detuve en el canal de Discovery Max. No me interesa realmente el contenido, simplemente me gusta el sonido de fondo, hace que me sienta en compañía. Cuando ya estoy listo, agarro mi bicicleta y me preparo para tomar rumbo al trabajo.

Las calles por la mañana se encuentran desiertas a excepción de los propietarios de negocios que ya se alistan para trabajar. El cielo con tintes anaranjados acompaña la llegada del sol, y sin yo percatarme, me encuentro sonriendo ante aquel paisaje.

Antes de llegar a mi puesto, acostumbro a parar por la tienda del viejo Joonghyeong. Él me espera con una bolsa abarrotada de vegetales que no ha vendido el día anterior. Lo conozco de toda la vida, desde que apenas tenía cinco años y mi familia se mudó aquí, él siempre me vende sus productos a muy buen precio. Quizá se compadezca de mí o tal vez me tenga aprecio. No importa.

Joonghyeong me recibe con una mueca de fastidio, me extiende la bolsa entre quejas todos los días, alegando que soy una molestia, pero al día siguiente siempre está ahí, esperando por mí. Sé que, aunque quiera pretender lo contrario, me tiene en estima.