PAUSADA ♦ Tiempos aparte ♦ Mo Dao Zu Shi

Capítulo nueve: Sello. Parte dos

El patio de entrada de la torre estaba lleno de cultivadores de todas las sectas intentando retener a Wen Ning, quien había ingresado lanzando por los aires a cuatro discípulos de Lanling. Wei WuXian había llegado ahí apresuradamente, solo para encontrarse con tan lamentable escena. Lan XiChen ya estaba ahí, intentando contenerlo mientras tocaba a Liebing; y Nie MingJue blandía el sable para hacer una formación, pero no parecía estar funcionando. Era como si Wen Ning hubiese perdido su mente de nuevo, y no respondía a nada.

—¡Er-ge! ¡Da-ge! —gritó Jin GuanYao, llegando a la escena con Jin ZiXuan y otros cuatro cultivadores. Captó que Wei WuXian estaba parado y alzó la voz—. ¡Joven maestro Wei, ¿qué está pasando?!

Jin ZiXuan lo miró, la desesperación clara en sus ojos.

—¡Wei WuXian!

Lan WangJi gritó a Lan XiChen: —¡Hermano!

—¡No lo sé! —exclamó Wei WuXian, colocándose a Chenqing en los labios y empezando a tocar una melodía para que Wen Ning respondiera. Lan XiChen dejó de usar a Liebing y esperó a que diera resultado, pero no sucedió. Wen Ning lanzó un gruñido y, con su mano, dio un zarpazo al aire, haciendo que Lan XiChen y Nie MingJue también salieran volando.

—¡Wei WuXian! —repitió Jin ZiXuan.

Lan WangJi y Jin GuanYao corrieron para ayudar a sus hermanos. Luego, Lan WangJi dijo con voz clara: —Robaron el sello del tigre.

Nie MingJue arrugó el entrecejo.

—¿WangJi?

—¡Lan Zhan! —gritó Wei WuXian al notar que su música no afectaba a Wen Ning—, ¡necesitamos sacar a todos de aquí!

Wen Qing, que había estado prudentemente lejos, se alarmó.

—¡¿Qué planeas hacer?!

—¡Contenerlo, pero si hay mucha gente, solo enfurecerá más! Wen Qing —pidió—, tú y Lan Zhan, por favor, vayan y evacúen la torre.

Lan WangJi, sin embargo, se negó, diciendo que se quedaría con él.

—¡Lan Zhan!

—¡Yo iré! —gritó otra voz que apenas habían notado. Era Nie HuaiSang, que temblaba e intentaba que Wen Ning no se fijara en él—. Doncella Wen, vamos.

Wen Qing vaciló.

—¡Estará bien! —prometió Wei WuXian—. ¡Váyanse!

Lan WangJi sacó su guqin y empezó a tocar, siendo acompañado de inmediato por Lan XiChen. Al ver esto, Nie MingJue echó una mirada a Jin ZiXuan, y ambos se pusieron de acuerdo para hacer una formación con sus espadas. Mientras, Wei WuXian sacó talismanes en blanco y se mordió los dedos para empezar a dibujar caracteres de contención.

Ante la conmoción, Jiang Cheng llegó corriendo. Estaba a punto de preguntarle a Jin GuanYao lo que sucedía cuando recibió una orden de Jin ZiXuan:

—¡Jiang WanYin, ayúdanos!

La situación era desesperante, a medida que Wei WuXian colocaba talismanes en el cuerpo de Wen Ning, este los destruía e intentaba avanzar, pero era retenido por los demás. Jiang Cheng desenfundó a Sandu para ayudar con la formación. Lan XiChen miró a Jin GuanYao.

—A-Yao, busca a mi tío —pidió, y Jin GuanYao, aparentemente confundido, asintió torpemente y corrió para ir por Lan QiRen.

Wei WuXian estaba pensando en que todos tendrían que pelear. Advirtió que, si la formación se llegaba a romper, todos debían tener cuidado. Jiang Cheng preguntó qué estaba pasando, y él, nuevamente colocando talismanes en el cuerpo de Wen Ning, respondió: