Capítulo Ocho.

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Quentin echa sal en el géiser que burbujea tras haber echado hiervas secas y sangre de duende y haber recitado un encantamiento, por prevención a que se vuelva a ir Scissa le pusieron cinta gris en el libro y su mano, eso le causó risa y no dejó de carcajearse hasta haber llegado donde están los géiseres.

―Necesitaremos la ubicación, no traje nada de referencia de allá. ― susurra para sí mismo Quentin con el corazón en la mano, siente unos enormes nervios al tener una respuesta rápida a la búsqueda de su amada.

―Déjamelo a mí. ―susurra Scissa, se hinca a un lado y mete su mano al agua hirviendo, una mueca de dolor se ilustra asustando a Andrew, pero lo tranquiliza tras sonreírle entre el sufrimiento. ― Όπου οι ψυχές κλέβουν, στο νερό όπου είναι βρεγμένα, στην κόλαση όπου βασανίζονται, στην Ιαπωνία βρίσκεται, αλλά στην κόλαση απεικονίζεται.1―recita mientras agita su mano, junta saliva en su boca y escupe en el agua, el vaho se hace más oscuro a tal punto que no se ve nada y parece muy profundo el agujero. El agua se tornó helada y curó su mano, se levanta para decirles que ya está. ―Entremos.

Antes de que digan algo se tira de espaldas al agua, está muy helada, la sigue el par.

En un burbujeo los echan hacia arriba en la cascada de japón, justamente donde querían llegar.

Con una sonrisa nada hasta la orilla, húmeda le pesa la ropa, pero con todas sus fuerzas logra alzarse para subirse en las rocas.

Los dos hombres surgen del agua, rápido suben a la superficie y comienzan a andar, el libro está intacto pegado a su mano, pronto se adentran por un camino de piedra atrás de la cascada, el par de hombres que nunca habían estado ahí se sorprenden al ver la negrura desaparecer antes sus ojos y ven hombres y mujeres despellejados y colgados del enorme lugar, se escuchan susurros en todo el lugar.

―Le llaman el bosque de lo suicidios porque hay gente que entra y la tristeza y depresión los embarga, son ellos, muchos ven cosas que no quieren ver y se suicidan sin aguantar vivir con estas imágenes. ―dice caminando en la profundidad del lugar, el par la siguen porque saben que ella sabe lo que hace, a pesar de que Andrew haya vivido todas sus vidas juntos sabe que su mujer sabe más de lo que él piensa, tiene respuesta para todos y ha vivido cosas sin él que han sido más sabiduría para ella.

Comienza a correr hasta una luz roja, Quentin con el corazón en mano la sigue la luz roja comienza a tomar rostro, al estar cerca se puede notar que su amada Luci tiene los ojos cerrados en su capullo, la mayoría de las personas parecen capullos,

Quentin comienza a llorar, grandes lágrimas caen por su arrugada cara, corre hasta llegar cerca de ella, antes de que Jenna pueda decirle algo los Bokteck gritan horrorizados al ver a un humano en la cueva.

Los oídos de ellos vibran con dolor, los llantos de los Bokteck disminuyen, pero no desaparecen, comienzan a verse esos bichos que son huesos con piel de sombra, lucen aterradores acercándose a él.

Panem vt qui audeat molestare, ut sufferatis devorationem;2 ―grita en latín, su grito hace eco en todo el lugar, su voz toma un temblor y una entonación dulce justo como el canto de sirena, comienza a cantar suavemente viendo fijamente a un Bokteck enorme. ―Bájenla. ―espeta, uno de ellos envuelve su mano en el hilo que la sostiene y con lentitud la lleva abajo.

Cuando toca el suelo la luz roja desaparece y se deshace el capullo donde reposaba, toma su cuerpo color y un grito enorme sale de su boca, sus ojos están pegados por lo que no podemos ver la vida regresando.

Quentin la toma entre sus brazos mientras continúa el grito lleno de dolor, abre los ojos y vuelve estar viva, Luci vuelve a tener un cuerpo rodando su aura, su espíritu.

Respira profundamente para ver a todas partes.

―Quen...tin. ―susurra viendo al amor de su vida que ahora tras un parpadeo vuelve a estar joven.

―Luci, mi vida, mi Luci. ―susurra con los ojos llenos de lágrimas, le da un beso en los labios donde cierra el renacimiento de la mujer, sella sus recuerdos y sus emociones.

―Quentin, mi amor.

Con un chapuzón todos vuelven de donde vinieron, Quentin feliz, joven y acompañado regresa a su casa con la mejor cara para darle lo que necesite al joven Andrew.

***

(1Donde las almas son robadas, en el agua donde son mojadas, en el infierno donde son torturadas, en Japón se encuentra, pero en el infierno se representa.)

(2 ¡El tártaro comerá a quienes se atrevan a molestar, los devoradores como ustedes sufrirán!)

Holo, espero disfruten de este corto capítulo, he estado falta de imaginación y de tiempo, sorryyyyy! 

La Maldad: Andy BiersackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora