Capítulo Cuatro.

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Andrew tiene la mirada clavada por un hueco de la ventana, después de hablar un poco de Quentin me dejó descansar en la cama, cuando me levanté lo primero que distinguí fue su gran espalda tapando la única entrada de luz. He estado como una hora completamente aburrida sentada en la cama.

Un sonido se hace presente, es mi estómago que ruge por comida, mis mejillas toman calor en un sonrojo. Andy voltea y veo que curva sus labios,

―Ya es suficiente, he estado más de dos horas. Haré algo de comer. ―dice con suavidad, sonrío un poco. Tapa donde entra la luz, se encienden las luces para comenzar a buscar en las cajas comida, un par de sopas instantáneas, se acerca a un garrafón de agua y toma en una cafetera y pone a calentar agua. Se da la vuelta para verme, camina a la cama y se sienta en el filo. ―Iremos al sur de la ciudad, iremos con el viejo brujo de la ciudad, iré a comprarle un menjurje especial para poder ocultarnos.

― ¿Menjurje? ―pregunto confundida, ¿Cómo nos ocultaría?

―Es como una poción de protección, lo he utilizado algunas veces para poder cambiar de apariencia y andar por la ciudad tratando de comprar provisiones sin que se corra la voz de que ando por allá, cuando se mezcla con esencia de belladona logra distorsionar el rostro para los demás, la haría yo, pero es una búsqueda de especias que sería muy tardada. Nos rociaremos un poco y podremos estar fuera hasta que se nos acabe. ―explica con las manos cruzadas y sin verme.

― ¿Cómo iremos hasta allá sin que nos vean? ―pregunto con la voz temblorosa, el asunto me pone nerviosa a más no poder. Apenas ayer estaba haciendo las compras y ahora estoy en una choza escondida de personas que buscan mi cabeza. ¿Cuándo me volví estelar en una novela de acción fantástica?

―Como fui por ti. Las toga que traía tiene un poco de ese menjurje.

―Te vi el rostro.

―Pero no tenía la esencia de belladona, pero no me notaste como hubiera sido sin ello, ¿O acaso veías al raro con una toga y los demás también? ―eso me hace sentir un escalofrío.

―Realmente te noté como una sombra, luego te vi. ―musito rascando mi brazo.

―Compraré bastante, buscaremos otro lugar dónde estar por el momento hasta que tengamos qué volver. ―musita bajo. ―No verán la casa, puedo hacer que la ignoren o no la vean. Gracias a eso estamos protegidos.

Iba a preguntar el porqué no puede hacer lo mismo con él.

―No tengo tanto poder como para ocupar mi habilidad en mí u otros lugares, lo he intentado y termino con una hemorragia nasal. ―dice encogiéndose de hombros, veo la herida que le provoqué la cual no le había prestado atención, tiene aún un poco de sangre seca y el color morado rodea el rajón.

― ¿No te duele la herida de la cara? ―pregunto con suavidad acercando mi mano para tantear el área. Suelta un seseo de serpiente con dolor, rápido alejo mi mano. ―Tienes qué curarla, puedo hacerlo. ―susurro parándome, me apunta al baño.

Al entrar al bonito baño busco el botiquín, sólo me encuentro una bolsa con algodón, alcohol, curitas y crema para quemaduras. La tomo, alzo la mirada al espejo y casi pego un grito atroz, dejo caer la bolsa al lavamanos donde estaba. En el espejo me veo con otro color de ojos y un peinado de los años '20. Mis labios están pintados de rojo y mi vestimenta es un vestido rosa con bisutería. Volteo tras de mí y ya no me encuentro en el baño.

Un gran salón blanco, hay gente platicando al fondo muy bien vestida y mesas muy bien decoradas, volteo al espejo, pero no se encuentra, Andrew con otro color de ojos y un poco más fornido me toma de la mano con una gran sonrisa.

―Oh, dulzura. Te encantará esta obra, Caroline me ha prometido que nos encantará. Siempre confías en Caroline. ―dice para jalarme hasta una mesa donde me abre la silla para que me siente, lo hago aún un poco despistada. Empieza a hablarme de lo hermoso que ha sido esta época a mi lado. ―Espero vivirla completa, corazón. Tardamos un poco más en encontrarnos en esta vida, me siento pésimo por olvidarnos. ―se escucha verdaderamente culpable.

―Mi amor, eso es lo de menos, estamos juntos y eso es lo que importa, si volvemos a morir y no encontrarnos estaré satisfecha con haber visto tu bello rostro y haber escuchando tu linda voz. Que para mí...nunca cambian. ―musito embelesada, no sé por qué lo dije, pero salió de mí junto mis actitudes, tomo su mano y la pongo en mi rostro, me acaricia viéndome con los ojos con lágrimas.

―Siempre serás mi luz en este agujero negro, siempre serás el motivo por el que vivo y el motivo por el que muero. Tú...tú me haces sentirme vivo, aunque tenga una estaca en mi pecho, una bala en mis entrañas o esté ardiendo en las llamas. ―musita viéndome con devoción. En mi cabeza pasan esas imágenes.

Él vestido con ropa sucia tirado a mi lado con una estaca en su pecho y muchos campesinos gritándonos

― ¡Vampiros! ―me dieron con un hacha en la cabeza.

Otra donde estamos en nuestra casa alado de la chimenea, en nuestros rostros arrugas y un delicioso postre en la mesa. Un disparo se escuchó, volteé tras de mí y mi hijo, igual a su padre tenía un revolver, me levanté impactada.

― ¡Ajek! ―grité horrorizada.

―Aún me queda la casa, mami ―me disparó.

Y en el último recuerdo, estamos amarrados en grandes troncos y nos tiran maderas y petróleo.

― ¡La brujería no es aceptada en Mongeur! ¡Arderán con sus pecados! ¡Condenados por el pecado de la brujería y de las relaciones carnales sin estar casados! ― encendieron una antorcha, con un movimiento de cabeza la apagué, pero le tiraron otra a Andrew.

― ¡Xanthus! ―grité con lágrimas en los ojos y me encendieron.

Me levanto y lo beso, me siento sorprendida de lo que hago, sus labios saben vino añejo y a trufas.

―Estaremos de igual manera vivos, el uno en el otro. ―susurro, nos levantamos y caminamos dentro del teatro donde está iniciando la obra, doy un vistazo hacia atrás, un hombre vestido de traje como "pingüino" tiene un arma y me apunta, grito horrorizada, antes de poder alejarlo con la telequinesis me dispara, antes de morir veo cómo vuela por los aires al ser alejado por Andrew, al perecer Xanthus.

Me levanto de un brinco del suelo donde caí de rodillas, sigo en el baño y el espejo ahora sólo me muestra mi rostro de toda la vida, esta vida.

Salgo con el botiquín aun impactada.

Me ve y me sonríe, pronto su ceño se frunce con confusión al ver mi rostro.

― ¿Todo bie...?

― Ajek nos asesinó. Vampiros, brujos y una pareja rica. ―suelto rápido, me ve unos segundos y sonríe.

― ¿Lo recuerdas?

―Estuve ahí.

***

Xanthus: Significa "río de los dioses"; algo sagrado y místico.

Espero les guste el capítulo, ya saben qué pext, all love evaaa

He estado muy inactiva, sorry

La Maldad: Andy BiersackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora