Capítulo I

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El olor a la cara colonia no escondía el exquisito olor varonil del alfa.

embriagador.

Era el cliente de esta mañana, castaño y hermosos ojos azules.

Su vientre se contrajo, y una punzada en su entrepierna lo asustó.

¿Que le estaba pasando? ¿Estaba entrando en celo? ¡Justo ahora!
¡No! ¡Era imposible!

¡El doctor le aseguró que era muy débil para el celo!

Steve mantenía su cabeza apoyada al pecho del alfa, era cálido y familiar.

Lo había salvado, era como un sueño.

Sintió el mullido colchón de su apartamento.

¿Como había llegado? ¿Que pasó?
....

Steve Rogers jamás había sido un omega deseado, era delgado, enfermizo y débil ¿Quién querría a un compañero asi?

Tenía 22 años vivía con su mejor amigo Bucky Barnes, tiene un trabajo estable en una cafetería, y sin esperanzas de encontrar a un alfa.
Bucky era un beta y lo quería mucho, tanto que a Steve le extrañaba, sentía que Barnes le debía eso a Sarah, tal vez era eso.

Era un martes, Steve caminaba por la acera, había sido un largo día de trabajo, muchos clientes y una señora que reclamaba cada cosa que comía.
El día habia sido salvado por un cliente (muy frecuente de hecho) era sumamente apuesto,  ese cabello negro, ojos azules, y esa ardiente figura, era un alfa, al parecer muy dominante, al tomar su pedido le habian temblado las piernas y apenas  pudo hablar, iba seguido, se sentaba en la misma mesa y pedía lo mismo:

"solo café"  

pero aparte de eso, el dia estuvo de mierda, estaba agotado, le dolian los pies y la cabeza le escocia.
Desde hace unos meses había trabajado turnos dobles, Bucky se habia unido al ejército y lo dejó solo, prometiendo que regresaría. La renta estaba por vencerse y la luz cerca de su fecha límite.
Faltaban dos calles para llegar a casa, cuando fue enboscado por los bravucones de la cuadra.
- Hola Stevie - saludó burlonamente uno de ellos.
-¿que quieren? - preguntó sin rodeos. Tal vez era un omega, pero jamás había sido un cobarde.
- danos el dinero - amenazó el beta.
Steve fruncio el seño y camino sin decir nada. Luego un golpe que tumbo al omega al suelo, el se levanto y comenzo a tirar golpes sin exito, luego otros golpe, pero se ponia de pie de nuevo, hasta que uno de ellos lo noqueó,  todo se veía borroso.
Divisó una figura, alta de traje que llegó a salvarlo de ahí, oscuridad.
...

- ¿Que crees que hacias comportándote como un beta? - la voz del alfa era firme y Steve sintió ganas de llorar.
No respondió. Comenzó a respirar muy dificultosamente.
-¿¡Te crees muy valiente acaso!? - el alfa seguía gritándole. Steve solo se removió en la cama inquieto.

No respondió.

El aire se sentía pesado, el omega estaba sudoroso y excitado. El olor del alfa lo hacia sentir asi.
Gimió bajito.
Los ojos del alfa se oscurecieron, y se paso la lengua por los labios.
- ¿sabes que necesitas? - El alfa le apretó las mejillas y lo obligó a mirarlo a los ojos.
El omega negó.

- a un alfa - se arrodilló en la cama, sobre Steve. - alguien que te enseñe a ser obediente, que te diga donde estas en la sociedad - comenzó a quitarse su costoso traje, lanzó sus gafas al otro lado de la habitación, mientras se desabrochaba la camisa.
Steve se sentía húmedo, caliente, sus mejillas rojas  y su respiración agitada.
Observó como el alfa se levantaba, después escuchó muchos "clicks" y cortinas correrse.
Tenía los ojos húmedos, sintió como la cama se undia bajo el peso del alfa sobre el.
Luego una boca cálida sobre su cuello, gimió sin resistirse, chupaba y lamia su cuello con fervor cerca de su glándula omega, Steve se estremeció. No sintió cuando su ropa cayó al piso. Sustuvo las manos del omega sobre su cabeza, y comenzó el discurso.
- Eres un omega malo ... - el alfa arremetió dos dedos contra su entrada húmeda y lista. Steve quizo llorar con esa palabras. Gimió fuerte.

El no era un omega malo.

Otra estocada, y el alfa gruñó.
- ... Vivir solo ¡ja! ¡Que locura! Lo único que los omegas hacen, es ser buenos, amables y conseguir alfas que los cuiden ¡Nada más! - gritó y empujó otro dedo dentro de Steve. El omega soltó un gemido alto.

¡Por dios! ¡Estaba apunto de ser follado por un alfa que no conocía!

El alfa lo besó, fuerte, duro, un choque de dientes y lengua, que el omega apenas y pudo seguir.
Luego algo duro presionó su entrada, era grueso y liso.
El alfa gruñó como poseso al sentirse dentro, suave y cálido.

Virgen.

Empezó con embestidas duras y fuertes,  sin esperar que el omega se acostumbrara.
Steve era un mar de gemidos y respiración difícil.
El alfa se acercó a su cuello y besó su glándula omega. Luego presionó sus dientes y mordió. Fuerte.
La cara de Steve era un poema ruboriza y roja, sus ojos se nublaron al sentir la mordida. Término en un grito desgarrador machando su propio abdomen.
- Mi nombre es Anthony Edward Stark... - le susurró en el oído al omega. -... Y a partir de hoy serás mi omega -
Dicho eso lo sostuvo de la cadera y arremetió contra su entrada, mientras lo besaba y Steve probaba restos de su propia sangre.

El omega sentía moriri era una extraña sensación de calidez y miedo, el alfa... Tony... Le infundia miedo.

¿Había dicho que era malo? ¿Un omega malo? 

Steve se sintió triste, al parecer el alfa también, el aire se volvió suave y el omega se tranquilizó.
Tony lo miraba a los ojos mientras mantenía sus manos sobre la cabeza del omega. Steve quería tocarlo, probar un poco de esa hermosa piel canela, al parecer eso no iba con Tony.
El alfa embestía fuerte y duro justo en el detonante de placer del omega. Steve se puso duro otra vez.
Se dio cuenta de los cosas.

Uno. ¡Un alfa desconocido lo había marcado!

Dos. Iba a ser una larga semana.


"O M E G A"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora