Capítulo IV

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"Desearía que la humanidad tuviera cuello, asi podría ahorcarla"

~Carl Pamzram

🚨Advertencia, este capítulo contiene violencia,y tal vez algo de canibalismo🚨

Eran cerca de media noche, el rubio estaba en la habitación en la que amaneció, miraba el mar, y deseaba poder ir a caminar un poco, o tal vez nadar, quién sabe.
Pero la tonta regla de Tony.

Gruñó frustrado.

Caminó con sigilo hacia la puerta principal, y trató de abrirla, pero estaba cerrada, caminó hacia las ventanas y lo mismo.

Tony lo había encerrado.

Gimió molesto.

Trató de abrirla, tirando con más fuerza esta vez.

" le recomiendo dejé de intentarlo señor Rogers"
Habló una voz femenina.

-¿hola? - habló el omega.
"soy F.R.I.D.A.Y., la inteligencia artificial de Tony, mucho gusto" dijo la voz que venia de la nada.
- mucho gusto, - contestó Steve algo confundido. - disculpa señorita ¿podrias abrir las puertas? ¿Por favor? - hablo Steve hacia el techo.

" lo siento, no tienes la autorización para esa orden"

-¿autorizacion? - dije el rubio.

"Necesitas una autorización nivel tres, para dar ese orden"

El omega recargo su espalda en la puerta. Frustrado.

- abre las puertas  F.R.I.D.A.Y,  - ordenó una voz al principio de la escalera.
Steve levantó la mirada, era Bruce.

"Autorización concedida, que pasen buena noche" dijo la I.A

- gracias, - steve le sonrió.
- de nada, procura llegar antes del amanecer ¿ok? - advirtió Bruce.

El rubio asintió....

"Señor, el joven Rogers acaba de abandonar la mansión" sonó la voz de F.R.I.D.A.Y. dentro del laboratorio de Nueva York.

- ¿Que? ¿Con autorización de quién? - los cabellos de su nuca se levantaron en señal de alarma.

" La autorización vine de Bruce Banner, señor"

Tony apretó los dientesy se masajeo la sien.

El alfa había observado mucho tiempo a Steve, sabia que no era del todo sumiso, hace aproximadamente medio año lo vio en esa cafetería de mal gusto, tan lindo con esos ojos preciosos y cabello rubio.

Supo de inmediato que era un omega, pero cuando lo siguió de cerca vio que no era uno ordinario. Le gustaba comenzar peleas con otros alfas, obvio la mayoría de veces le partían la cara, y otras ocasiones, "Bucky" llegaba a salvardo. Luego lo llevaba a casa y lo curaba.

Mal.

A ese omega desobediente le hacían falata una buenas nalgadas para que aprendiera a donde pertenecía y Tony estaba dispuesto a darle las que fueran necesarias.

...

La fría brisa del mar y la tibia arena hacían un contraste raro en el cuerpo del omega, caminaba por la orilla mientras mediataba.

Steve se preguntó en que momento permitió esto, como es que había caído en manos de un alfa.
Siempre había pensado que un día iba a terminar muerto en una pelea en las que siempre se metía, además de que es un omega algo débil y jamás se planteó la idea de tener un vínculo,  tal vez ni siquiera podría tener cachorros.
Su instinto omega estaba más que feliz, tenía un atractivo alfa, una marca y una linda casa. Pero la parte de Steve que defendía omegas jóvenes en la calle, le decía que algo de Tony estaba mal.

Bucky siempre fue muy liberal con él, jamás lo trató como un omega debil, sino todo lo contrario. Los amigos de Bucky siempre le decían que era demasiodo libertino, el solo sonreía y decía que no le molestaba.
Extrañaba a Bucky, tal vez pueda hablar con él por teléfono y decirle que estaba bien.
Instintivamente toco su cuello y ahí estaba la marca aún ardía y estaba algo roja, Tony se había asegurado de morderla al menos una vez al día durante todo su celo.
Respiró hondo la brisa salada, no sabía cuanto había pasado pero había caminado bastante, y ya no veía la mansión de Tony. Su espiración comenzó a acelerase.

¡Ay dios! ¡Creo que se había perdido!

Miro a todos lados y observó a lo lejos la carretera.

...

- ¿cuanto para llegar F.R.I.D.A.Y.? - inquirió el alfa.

" 12 minutos señor "

El alfa asintió, miraba la noche en la ventana del jet. Sentía frío y le dolían las píes.
Su omega estaba asustado.

...

Steve sentía arena en los zapatos y algo dentro de su carganta, como un nudo.
Caminando cuenta arriba y  escuchó voces varoniles, al menos tres.
Trató de caminar más deprisa y lograr que no lo notaran,  cruzó del lado contrario de ellos y caminó. Al pasar a su lado pudo oler alcohol y algo de hierba, su olfato ardió.
Pensó haber pasado desapercibido.
Cuando dos fuertes brazos lo hicieron girar bruscamente.
- miren nada más ¿que hace un omega tan bonito a estas horas y solo? - comentó un tipo castaño que apestaba horrores.
Otro más se acerco y le tomó la cara analizándolo.
- sueltame - dijo con voz cansada el omega.
- ¡ y puede hablar! - dijo el otro con finjida sorpresa y comenzó a reir. - veremos para que más sirve tu boca - volvió a decir.
- hey mira esto, - comentó uno. - ya tiene alfa - señaló su cuello donde yacía la marca roja. Steve se removió inquieto, no iba a suplicar.
- igual sirve - contestó el otro. La sangre de Steve se heló y volvió a tratar de safarse, pero ellos eran  más fuertes.
Antes de que acercara sus dedos al botón de sus jeans, el aire se fundió en un olor, para ellos, a azufre, para Steve un olor conocido, cafe, menta.
Detrás del tipo de los jeans apareció una sombra alta enfundada en un costoso traje, volteó y ahí estaba Tony, con el cabello despeinado y los ojos fulgando ira.
- ¡Tony! - gritó feliz Steve.
- sueltalo - advirtió el alfa - ¡AHORA! - su voz de alfa sonó y Steve tembló.
- hey amigo, - el chico alzó las manos temblorosas - ya nos ibamos - soltó con un deje de miedo.
El que tenía a Steve apresado lo soltó rápido y los tres retrocedieron.
- si - contestó el alfa con una sonrisa malvada, bruscamente cambió su expresión por una seria. - ¡A DONDE VAN A IRSE ES AL INFIERNO! - su voz de alfa volvió a salir, y las entrañas de Steve se removieron en una combinación de miedo y excitación.
Tony tomó a un chico y le golpeó la nariz con el puño cerrado, el chico se desorientó y tambaleó. Steve cayó al suelo en el momento que alguien lo empujó, desde el suelo miraba con los ojos abiertos el ataque de ira de una alfa contra tres betas, las manos de Tony tenía algo plateado, como guantes de metal, los cuales estaban llenos de sangre, el saco del traje tenía una mancha de una mano ensangrentada. La vista de Steve se nubló al ver cómo Tony le arrancaba con los dientes un trozo de cara al chico de jeans.
Ahogó un grito aterrado, Tony escupió al suelo y miró a Steve, directamente a los ojos.

Tenía la boca llena de sangre y la mirada más azúl que Steve haya visto jamás.

Su estómago se contrajo de miedo.





(A partir de aquí, las cosas empeoran...)

"O M E G A"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora