Capítulo 37: Wiwi

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En el living de la casa Cabello


―¿Qué pasó? ¿Cómo estás? ¿Dónde está Lauren? ¿Y Molly? ¿Cómo te fue en la playa cariño? ¿Te divertiste? ¿Quieres comer algo? ―Estás eran fueron apenas unas de las tantas preguntas que Camila le entendió a su madre apenas Maia y ella entraron en la casa. Unas iban dirigidas a la morena otra a la pequeña que llevaba en sus brazos. Camila las distinguió por el tono que usó su madre para las de ella era un tono inquisidor mientras que las preguntas hacia Maia iban con toda la dulzura posible.

Camila giró los ojos ante la locura de Sinu― Estoy bien mamá, tengo mucho en mi cabeza, pero estoy bien ―aseguró― Lauren y Molly están juntas ―contestó bajando a Maia para que la pequeña fuera a saludar a los recientes hospedados en la casa Cabello. Al parecer ya todos estaban más tranquilos y con la llegada de Michael los grupos de habían dividido y las conversaciones eran variadas y con un aire más ligero.

―¿Las dejaste solas? ―le preguntó Sinu sorprendida.

―Si madre ―No necesitaba que Sinu le recordara las ganas que tenía de estar espiando esa interacción― Me cuesta ―confesó― Pero Lauren tiene que encontrarse con su hija y Molly con su madre ―afirmó con seguridad y caminó hasta donde Verónica ya estaba lista para la cita con su impecable vestido negro y su pelo no tan negro alisado. La latina hablaba con Clara, Alejandro y Michael en lo que parecía una animada conversación y Camila estaba segura de que sea lo que sea que estuvieran hablando al menos la iban a alejar de la mirada inquisidora de su madre e iba a hacer que su mente saliera de la playa un poco al menos.

―Estás preciosa Vero ―la felicitó Camila.

―Lo se Mila ―admitió su socia con poca humildad― Pero escucha esto...―señaló a Michael― te vas a morir cuando te enteres... Empieza a hablar viejito número dos ―Alejandro y el padre de Lauren giraron los ojos.

―Buenas tardes Camila ―el hombre pasó de la orden de Vero y priorizó la educación saludando a la que aun era novia de su hija antes que nada― Tengo entendido que recibiste una pequeña sorpresa ¿Es así? ―lo decía por Molly. Camila asintió con una sonrisa― Y también tengo entendido que mi hija dejó la famosa semillita en tu vientre...

―¡Oh Dios! ―Verónica no evitó la carcajada― ¿La semillita? ¿En serio? ―Miró a Michael― Ya tenemos una monja que se encarga de decir esas estupideces, así que tu lo tienes que decir tal cual es viejito número dos... ¡Tu hija preñó a Camila! ¿Oíste? ―entre adultos la latina no se controlaba― TU hija y su inmenso rarón le llenaron la cocina de humo a mi amiga y...

―Verónica hija mía ―La hermana Ana aparecía en la conversación silenciando a la joven latina― ¿Qué es lo que te ha hecho alejarte del rebaño de Dios? ¿Con qué pecado te has visto tentada por Satán? ―la mujer se persignó.

Verónica abrió los ojos grandes― Eeee... hermana no es lo que...

―Hija mia, voy a rezar por ti y cuando volvamos le voy a pedir al padre que te exorcice ―concluyó la monja― Mientras tanto sería bueno que rezaras cincuenta padres nuestro y cincuenta ave maría hija. ¡Tenemos que sacarte de ese mal camino! ―la monja dio media vuelta y dejó el grupo.

―No te preocupes Vero ―Camila vio la cara de su amiga y le palmó la espalda― Poco va a tardar la hermana en darse cuenta que tu del mal camino no sales ni porque te bañes en agua bendita ―Todos se rieron.

―Yo que tu me cuidaría de las bromitas morena culona ―le advirtió su socia― No querrás que cuente enfrente de tus suegros lo que tu y cierta rarita han estado haciendo en la cocina... o en tu oficina... o en cierto callejón cercano al...

Soy Para Ti (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora