Simplemente tú ♥ Romione ♥ fanfic +18

Capítulo 8

Me quedé en blanco. A ver, a ver, a ver...
¿Que acaba de decir? ¿Yo le gustó a él? ¡No puede ser! ¡Estoy aquí frente a él mirándolo confundida! El me mira tranquilo. Muy tranquilo. ¡Y yo aquí perdiendo el tiempo!
Esperé por esto un montón de días, y estoy en blanco. Esto... Eso sí que no me lo esperaba...

— Oh...
— Está bien — contestó él, mientras se estaba reincorporando — yo tampoco me esperaba que te gustará... O sea ¿Yo? ¿Uno de los chicos más torpes de la clase? No podía ser, era imposible mí posibilidad contigo... Tú, la sabelotodo... la hermosa, sabelotodo — continuó, y recogió uno de mis mechones sueltos detrás de mí oreja — pero estás aquí... Por mí, porque te gustó ¿Verdad?

— Yo... — me quedé sin palabras. Lo que dijo; lo dijo de manera solemne. Genuina. Si no fuese por la poca conciencia que quedaba en mí, estaría ya en sus brazos agarrada a él como si fuese mí fuente de vida — Yo... Si... Me gustas...

Nos miramos unos segundos. Como si habláramos telemáticamente. Debió la mirada hacia mí mano derecha y la tomo con las suyas. Sus manos eran grandes y cálidas. La acerco hacia sus labios y beso el dorso de ella.

— ¿Hermione Granger... — susurro él — querrías ser mí...?

— ¡Srta. Granger! — Dijo Madame Pomfrey interrumpiendo abruptamente el delicado momento entre Ron y yo — El señor Weasley debe descansar por lo menos una hora más. Por favor le pido que abandone en este instante la enfermería.

Mire a Ron y mí cara de angustia debía ser muy evidente ya que el puso su mano sobre mí hombro y asintió con la cabeza. Lo dejé un poco apenada porque quería oír las últimas palabras, incluso, si ya las sabía. Pero, en parte estaba muy feliz.
Ahora sabía los sentimientos de Ron, y me encantaba. ¡Le gusto!

Iba a saltar de alegría, gritar y
dar gracias a la vida. Estaba tan feliz, pensé que nada lo arruinaría, no siquiera Lavander, a pesar que me mirase con todo el odio que puedan irradiar sus ojos. Me había saltado mí clase de Runas, pero daría la explicación adecuada, para justificar mí falta.
En un rato empezaría defensa contra las artes oscuras, y debía quedarme en la sala común a esperar que la clase comience.

Caminaba felizmente por los pasillos
—bueno, no exactamente caminando, más bien, dando saltitos— y subí la escaleras. Primero fui a los baños: quería comprobar que no tenía una cara estúpida, así que solo me dirigí hacia ellos. Cuando crucé la puerta en el espejo vi un rostro feliz, lleno de alegría.
Supuse que no era tonto. Cuando salí, saludé a una chica de Griffindor, y fui a la sala común de Griffindor, tomar mis cosas.

Corto, lo sé. Saben, dejaré de escribir un . Me cuesta mucho, porque:
1ro: Los estudios me están ocupando mucho espacio de mí día.
2do: Estudio saxofón, y se necesita disciplina.
3ro: Las ideas están escasas.
4to: Estoy de luto. Se murió mí abuelo, y no me llegan ideas como para escribir, y tampoco las ganas.
Gracias por leer.