Su pelaje era color castaño. Aquella loba corría con desesperación, aterrada. Su olfato le señalaba que había cazadores cerca de ese bosque.
Por mucho que corriera no llegaría a tiempo a la manada, sintiéndose frustrada por no avisar la amenaza que se aproximaba.
Sus colmillos sobresalían, frustrada por no ser tan rápida como sus padres, pues era una loba novata. Apenas tuvo su primera transformación hace unas semanas y no la controlaba en su totalidad.
Un gruñido se escuchó al caer en una trampa de cazadores. Por reflejo logro sacar su pata pero eso no evito que fuera lastimada y sangrara. Maldijo por lo bajo al sentir el ardor en su piel. A través de los ojos de lobo diviso hombres acercándose, intento correr pero no lo logro. Su pata dolía al apoyar.
Solo debía esperar unos minutos para sanar, pero el tiempo no estaba a su favor. "¿Me mataran?" Pensó asustada la loba.
— ¿Asustada pequeña loba? —una voz sensual llamo la atención.
Una mujer piel canela, cabello negro, sus uñas largas, puntiagudas y pintadas de color dorado oscuro. Acaricio su pelaje con delicadeza para luego caminar por su lado, moviendo las curvas, que a pesar del miedo, la loba detallo.
La pelinegra movió su mano, hizo un pequeño símbolo en un árbol que brillo. La loba alarmada intento moverse al reconocer ese símbolo. Esa mujer era una bruja.
No sabía que era peor, los cazadores o las brujas. No tenían la mejor fama. Las leyendas en su manada contaban que las brujas habían conjurado la maldición de la luna llena.
La loba comenzó a gruñir mostrando sus dientes, la mujer no pudo evitar reír con ternura — tranquilízate, no te haré daño.
Sin miedo, la bruja se acercó a ella, tomo su hocico y dio un pequeño beso en su nariz. La loba la miro desconcertada.
—Se una buena loba y no te muevas — dijo cerca de ella.
La expresión del animal se suavizo ante inesperado acto. La bruja le sonrió con amabilidad observando los ojos azules que le provocaban ternura.
Las ramas cerca de ellas se partieron avisando que los cazadores estaban cerca, la mujer se incorporó y sus ojos desafiaban a los no invitados.
— ¿Qué haces aquí, bruja? — pregunto un hombre con una ballesta en su mano.
— ¿En serio? ¿Le preguntas a una bruja que hace en un bosque antiguo? — Pregunto la bruja con sarcasmo, cruzando sus brazos — La verdadera pregunta es: ¿Qué hacen cazadores en nuestro bosque?
El hombre hizo una mueca ante la actitud de la mujer — Recibimos información de que este es habitad de vampiros y licántropos — dijo con voz firme, luego sonrió con malicia — Agradece que ya no cazamos brujas.
La loba abrió los ojos al escucharlo. "¿Cómo es posible?¿No me ven?" Se preguntó al notar que no era atacada por los cazadores. Recordó el símbolo de la mujer, la había hechizado y al parecer era invisible ante esos hombres.
— ¿Agradecer? No me hagas reír cazador. No pueden ganar ante nosotras — dijo la bruja con aires de superioridad.
El hombre rojo de la furia alzo su ballesta con toda la intención de dispararla.
— ¡Señor! — Un joven llamo su atención — Ella es Ahn Hyejin, conocida como Hwasa. Es la hija de la líder del aquelarre — miro al muchacho con confusión, resignado bajo el arma.
—Vámonos, hay que encontrar la manada —ordeno el hombre girando su cuerpo para caminar.
La loba gruño al escucharlo e intento atacar pero noto que su cuerpo no se movía. Sin embargo, no era la única al escuchar el bullicio de los hombres que estaban igual que ella.