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La oscuridad invadió toda la habitación con paso sigiloso salió de la recámara, no quería que nadie sepa de su partida. Ahí está Harry Potter en medio de la hierba despidiendo de un asentamiento a toda su familia adoptiva. Suficiente tenía ya con la tensa boda de Bill y Fleur, todos a la expectativa por si algún lord o mortifagos se presentarán, esta harto de perder a seres queridos todo por seguirlo, odia su papel en esta guerra, solo era un adolescente que debía pensar en quidditch en vez de un maniático con una idea estúpida sobre los sangre pura ¡Voldemort era un mestizo! Y así había magos que corren tras su túnica.

La partida del profesor Dumbledore dejó devastado a todo Hogwarts, nadie se sorprendió que Severus Snape sería quien diera paso la imperdonable total era uno de los mortifagos de alta confianza de Tom. Decidió partir al mundo muggle así que tendría que ir por una de las chimeneas públicas del ministerio. Habían pocos magos formando una fila con ropa muggle. Todo pasó repente rayos rojos y verdes se abrían. Ajustó sus lentes para enfocar quienes eran, los aurores llegaron, acaso habían dado con él, empuñó su varita.

Harry corrió detrás de aquella columna ocultándose de la vista.

—¡No te escaparas fácilmente niño!.

Sí, lo habían encontrado. Se sentía acorralado, Hermione siempre tenía un plan b; ahora sí la extraña.

–¡Rindanse!.

Se acercó al borde. Vio varios encapuchados con varita en alto dando maleficios sin titubear en lo absoluto. Un auror salió disparado hasta la pared quedando inconsciente. Los pasos de una persona se acercan, respiró hondo teniendo el valor para salir de la columna.

–Pero qué sorpresa. Mira quién dio la cara, el gran Harry Potter –Lestrange sonrió de lado–. Bella nuestro señor se pondrá contento al ver el cadáver del chico.

La mujer mencionada se colocó a lado de su esposo. Sonrió desquiciada con brillo en sus ojos negros. No tardaron en dirigirse con maleficios, eran dos contra uno ahora sí extraña a los chicos. Los aurores seguían combatiendo. El sudor se apega a la piel. Solo espera no llegar muerto a las manos de Voldemort

La mansión está a oscuras aún era de madrugada pero el lord era una de esas personas que prefiere estar despierto ó como había escuchado de un nacido de muggles “El que madruga Dios lo ayuda”

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La mansión está a oscuras aún era de madrugada pero el lord era una de esas personas que prefiere estar despierto ó como había escuchado de un nacido de muggles “El que madruga Dios lo ayuda”. Si él lo hubiera dicho en voz alta ahorita sería un gran conocedor el cruciatus. La puerta se abrió su madre entró dándole una sonrisa más bien una mueca, la mujer que presumía su belleza a toda la sociedad mágica aquella que deseaban como amiga y envidian por tener un marido perfecto se esfumó desde que entró el señor tenebroso a Malfoy Manor. Las ojeras y pálida tez de su madre era una prueba del castigo del lord a ellos.

–Estas hermoso dragón –aunque lo quisiera negar no había pizca de halago en la frase. Lucius Malfoy entró después de su mujer empuñando más su bastón por las múltiples heridas en azkaban.

The Veil [Harco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora