The Veil [Harco]

9

Aun no puede creer que esta nuevamente de pie en el comedor, no cree estar dentro de Hogwarts.

Camina junto a los demás pequeños, se siente incómodo por las miradas de admiración y respeto que dan desde el tren. No le gusta, no le agrada en absoluto, no fue un triunfo, ni lo sintió dulce como varias veces lo lee en el profeta al contrario fue una victoria salada, salada por las lágrimas de cada uno al llorar al ver sus familiares entre los escombros. Como arrastran el cuerpo sin vida donde están los demás. Entre ellos vio a Fred, Remus, Tonks, varios conocidos.

Se sentó lo más lejos posible, no quiere hablar con nadie durante la cena de bienvenida, varios de los niños ven la mesa de Gryffindor con orgullo y otros con recelo a la mesa de las serpientes son pocos los que vienen a su último año, la reputación quedó por los suelos, después que la mayoría de fieles al mestizo sean de esta casa en particular.

Hermione junto a la señora Weasley habían insistido que regresarán al colegio, estaba mal entrar directo a la academia de Aurores solo por ser héroes, tenían experiencia, sí; más no el conocimiento. El discurso de la nueva directora  fue soso y sin emoción guardando el luto aún, los aplausos no fueron callados por la selección. Harry se concentró en agarrar el pure de papa y el zumo de calabaza antes que Ron acapara el resto de la comida. Ellos están aquí a su lado, Hermione, Ron, Ginny y Neville siguiéndole Dean, Seamus, todos alejados sin decir una palabra.

Alza la mirada concentrado en una persona en particular, una que está en absoluto silencio mientras su compañera de a lado platica. Malfoy, Draco Malfoy quedó sin gloria alguna. Durante la guerra lo salvo en la sala de menesteres, descubriendo que tenía el hechizo encima y aquí está, con la piel pálida, perfil alineado perfectamente, delgado y con su pelo rubio platinado amarrado en un trenza de lado, misma que tenía en la aldea.

¡Oh! Sí, no iba a negar que un Malfoy sería la pieza clave para derrotar al cara de serpiente y fue de la mano de la matriarca. No se le olvida que fue ella quien se acercó cuando Tom lo había asesinado, la mujer con los dedos fríos tocó su cuello buscando el pulso.

—¿Draco? —fue un pequeño susurro que rápidamente se llevó el viento. Le dio acceso a la mujer a su memoria. Le mostró la imagen de su hijo con el velo en Italia al igual cuando el ojigris venía con el canasto de flores con grande sonrisa. Tenía ese recuerdo porque esa sonrisa fue dirigida a él, Draco es un excelente actor. Por último dio el recuerdo más reciente. La mujer apretó su muñeca y con simple: "Harry Potter está muerto" engaño al señor oscuro.

Fue uno de los testigos a favor de ellos después tanto Draco como su madre fueron víctimas de todo la odisea. El Wizengamot fue duro con ellos al despojarlos casi de todo. Narcissa fue condenada al servicio comunitario por cinco años sin varita, el heredero de la dinastía sólo fue sancionado por una cantidad alta de dinero. Dejándoles sólo con una pequeña cantidad y Malfoy Manor, nadie quiere estar en el mismo lugar donde se hospedó el más grande mago oscuro hasta ahora con sólo eso es una penitencia.

Él chico se mueve incomodamente buscando quien lo observa, Harry decide mirar a Ginny, ella le sonríe tímida. Regresa con el rubio, pero ya no está.

Aún no olvida cómo Lord Voldermort lo llamo delante de todos, como si fuera su dueño. Entre sus pestañas vio las figuras distorsionadas, sin embargo un punto blanco se distinguía, no pudo ocultar su furia al verlo cerca de él y en un parpadeó ya estaba luchando con el mago.

Severus Snape fue también una ficha para la victoria, después de lo ocurrido, solo faltaba el último Horrocrux, Nagini la serpiente. Eso creía él, al contrario cuando encontró al profesor casi agonizando este le dio sus lágrimas para verlas en un pensadero. Se sentía utilizado al saber que fue sólo una ficha más de Albus para llegar a la victoria soñada, se sintió extraño al ver el amor de Snape a su madre Lily. Un recuerdo en particular lo dejó sin aliento, el ataque de tortura del señor oscuro a Draco, como lo dejó herido, Snape abrazándolo acariciando su mano en las hebras doradas. La furia hervía dentro de él.