The Veil [Harco]

7

La luz se cuela por los agujeros de la pared. Alza la mano para tapar el molesto rayo, recarga su cuerpo a la pared desliza sobre ella hasta quedar sentado en el piso, suelta un quejido al último. Una costilla está rota, el dolor palpita como si tuviera conciencia y en los minutos más importunos llega.

Una semana. Una semana encerrado en estas cuatros paredes, en los calabazos de Malfoy Manor. Siete días, desde que Potter se fue y estos mismos en que la psicópata Bellatrix lo trajo ante Voldermort. Si creyó que tendría un festín de bienvenida, todo fue borrado al sentir el imperio en su cuerpo y siendo obligado  a tocar la copa oxidada, que cumple su función de traslador.

La cara de serpiente lo atacó tanta veces, sin importar sus gritos o súplicas. A lo lejos del salón sólo podía ver a sus padres y maestro, serios sin ninguna expresión en su rostro. Cada respiración le cuesta.

Bellatrix lo ve con fascinación, como si todos los Cruciatus lo harían cambiar de opinión. ¡Oh, pobre ilusa!. Severus lo vio y entendío, calló sus lamentos como todo un príncipe. Él no rogaría, ¡Por Salazar! Es un Slytherin. Con toda la fuerza trago el sabor metálico que se acumula en su boca. Se colocó apenas de rodillas, todo se volvió negro.

Lo siguiente que recuerda, es ser atendido por su padrino, eran pequeños lapsos en donde abre y cierra los ojos. Por primera vez vio el rostro del grasiento desesperación y tristeza batallando en las iris negras. El hombre lo abrazó, sin importar su dolor.

Aquí está, en el fondo de las mazamorras.

Se sorprendió que al tercer día, el mismísimo Theodore Nott bajara a dejarle comida. De su misma boca supo que Ollivanders junto a la lunatica están también encarcelados. En otra parte.

Aunque al principio sintió esperanza fue arrebatada de su mente, por la misma palabras del cuatro ojos, el vendría por Luna y el viejete de las varitas, no por él. Eso lo dejo claro en Nepal.

—¿Blaise? —fue lo único que pudo decir el pelinegro.

—Escapó con Pansy.

Este asiente mientras mueve la varita para desaparecer la bandeja y silencia el lugar.

—Una parte de mi se alegra de verte y otra no –sin dejar que hablara, Theo se arremango ambas mangas hasta el codo dejando ver la marca tenebrosa en una, en otra se ve una tres puntos diminutos, mismo que el tiene en la clavícula derecha.

—Doncel.

—Mi padre me tiene ocultó desde que el Lord quería desposar un sangre pura. Lo siento tanto Draco.

Draco solo negó.

—Yo haría lo mismo.

Desde ahí nadie ha bajado a verlo, no es cobardía decir que tenía miedo. El eco de pasos lo hace levantarse rápido del sucio suelo. La reja de su celda se abre, el rubio no duda en retroceder. La costilla vuelve a punzar. Theo entra junto a Crabbe y Goyle.

—Han encontrado a Potter, tus padres quiere que subas.

Los dos gorilas salen, dejando solo ambos. Nott se acerca y aplica un glamour. Su vestimenta junto al pelo han sido cambiadas. Esta igual como cuando iniciaron el quinto curso.

–Vamos —su compañero enrosca su mano en el rubio, por si trata de escapar. Draco lo ve extraño, su amigo señala disimuladamente al par de afuera.

Van subiendo las escaleras. Su corazón se acelera, su mano suda al ver la puerta que conduce al salón principal. Estás se abren mostrando a los carroñeros junto al hombre lobo arrastrando a tres personas. Sus padres y tía están ahí también como señores de la casa.

Narcissa lo ve con preocupación, hace una mueca. Sabe bien que si no estuvieran todo ellos aquí, ella saldría corriendo para ver a su bebé. No quiere que algo malo les pase.

Los chicos se van rápidamente. Bellatrix se mueve con diversión hasta llegar con el, entralaza su mano y lo jala sonriendo. Se suelta hasta llegar con un chico desfigurado del rostro.

—Y bien, dime sobrino es Potter —jala del pelo al chico. Este suelta un gruñido.

—No lo sé, no puedo distinguir.

—Miralo bien hijo, si nosotros le entregamos a Potter, seremos perdonados de todo —desde que llegó es la primera vez que su padre le dijire la palabra—. Todo será como antes ¿Lo recuerdas?.

—No hay que olvidar quien lo trajo hasta acá, verdad ¿Sr. Malfoy? —uno de los carroñeros se acercó con burla.

—Te atreves hablarme así ¡En mi casa! —Su padre grito con furia.

—¡Lucius! —ahora su madre habla. Se acerca apartando al patriarca de su lado.

Lestrange se acerca acariciando su mejilla, atrayendolo más al supuesto héroe.

—Miralo bien cariño, porque si traemos al Señor tenebroso por error, nos matara a todos —ríe, como lo loca que es.

Draco se hinca temblando del dolor, traiga duro quedando cara a cara del chico, era él. El único ojo que tenía abierto se puede apreciar el verde en  particular. ¡Estúpido! ¡Mil veces estúpido! No tendría que estar aquí, tendrían que estar en la aldea recolectando flores para la siguiente recolecta. Su labio tiembla.

—No lo puedo distinguir, ¿porqué está así?.

—Creemos que comió algún fruto del bosque ó...

—Fue un hechizo punzante —la pelinegra apuntó con la varita donde está la sabelotodo—. Fuiste tu querída.

Mira alarmante el quejido que da su tía al ver una espada de plata, en un siantamen había estrangulado a los hombres que lo tenían.

—Cissy encierralos, ella se queda. Hablaremos de chica a chica.

Su madre agarra a Weasley y Potter para llevarlo a la sección donde está la lunatica. Se sobresalta al sentir la mano de Goyle en su hombro. Es hora de regresar. Su corazón late hasta llegar al lugar húmedo, la reja se cierra. Con desesperación coloca su oído a la pared. Es un sentimiento tonto, pero quiere escuchar la voz del moreno.

No sabe cuántos segundo se queda ahí pegado. Los gritos de la sangre sucia se escuchan. Bellatrix la tortura. Se acercó a la reja. Los gritos siguen.

Sí Granger abre la boca, todo se caerá. No tendrán compasión con Harry o la comadreja. No habrá salvación. Piensa en mil teorías y una suena más absurdas que otras.

—Dobby —susurrando habló.

Él elfo apareció mostrando confusión al verlo. Lagrimea de felicidad sin importar nada. Será la última vez que ayudará. Agradecelo Potter.