The Veil [Harco]

8

—¡Harry! —Ron le grita, pero su silueta está borrosa, otro cuerpo se ve cerca de él—. Levántate hermano.

Con extremo cuidado se levanta, el pelirrojo se acerca dando su mano de apoyo, Harry no entiende por qué se le escapa la carcajada. Hermione ladea su cabeza, mirándolo detenidamente tratando de encontrar algo gracioso en todo ésto. Los tres están parados viendo fijamente el cuerpo del mortifago. Todo paso rápidamente y le duele la cabeza de solo recordar.

Después de dejar solo a Malfoy en Nepal, con esfuerzos llegó aparecer en la colina alta de La Madriguera. Solo se arrodilló cuando Remus Lupin le dio la bienvenida con la varita apuntando su cuello. No creen que sea el verdadero Harry. El interrogatorio lo realizó el señor Weasley con Veritaserum aunque este es exclusivo del Ministerio de Magia, la Orden del Fénix no se podría escapar de tener la poción. Todos se alegraron de verlo de nuevo y él también, todos se encuentran bien; bueno si es la palabra correcta.

Remus lo mira varias veces, sabe que tiene la pregunta en la punta de la lengua al igual que todos, no se anima hacerla, al final mueve su boca, mira a Mione detrás de él, solo una mirada logro que la castaña interrumpe el cuestanario. Se lo agradece, la señora Weasley lo regaña por la delgadez mientras lo hace comer varios platillos. Por un momento extraña lo quemado y salado.
Ron se acerca cautelosamente a la mesa y se sienta a lado de él, Hermione no se queda atrás.

—Me alegra verte aquí Harry, pero don...

—Luego Ron —no entiende porque su voz salió ronca. El pelirrojo asiente mientras se va de la mesa solo dejándolos a los dos.

—Esta molestó, yo estoy molesta también, no sabíamos si Voldermort te tenia después de la batalla que se hizo en el ministerio. Sí, no quieres decir nada, está bien —la chica deja su cabeza en el hombro para luego señalar con su dedo—. Le debes una explicación.

Hermione se levanta dejando a la vista a Ginny. Trató de hablar, pero su voz se queda atorada y muere en su garganta. La pelirroja lo espera paciente. Sus ojos se conecta, no hay palabras solo un silencio incómodo. Se levanta de la mesa y la abrazo.

Paso un día entero encerrado en el ático, el sentimiento de culpa, no lo deja descansar y no deja de pensar en el rubio arrogante aunque queda un poco tranquilo al saber que está aún en Nepal.

La familia Weasley eran tan amorosa con él, siempre brindando su apoyo incondicional como si fuera un hijo más. Por ningún motivo va admitir que salió huyendo después de enterarse que Tom Riddle dividió su alma en pedazos. ¡Menuda estupidez! Si creen que puede derrotarlo. Por un instante se volvió egoísta al dejar a las personas que quiere enredados en esta cruzada mientras escapaba. Tampoco imaginó que se encontraría al mismísimo señor arrogante huyendo del mismo enemigo. Se la paso bien en la finca de Zabinni, le gustó recorrer los viñedos durante la tarde. Sentía que desaparecer los recuerdos de su infancia dentro de una alacena, aunque al principio le costó acostumbrarse a toda la burbuja de imaginación por el rubio.

—Tienes que ir a la torre de Astronomía —Hermione habla. Sacude su pensamiento prestando atención a la castaña—. Con Ron iré a la cámara de los secretos.

La pareja se va del corredor, los alumnos corren por todos los lugares, algunos huyendo otros valientes se quedan defendiendo el castillo. Sube las escaleras.

—Harry, ¡Espera!. Quiero decirte algo —Luna viene detrás, los dos logran esquivar a las personas.

—Estoy un poco ocupado en este momento Luna —no tiene tiempo de escuchar alguna boberia por parte de la rubia.

—Es que no la encontrarás ahí.

—Ahora no, Luna.

—¡Harry Potter! —grita. No sabe si es algo característico de los sangre pura que digan su apellido con cierto tipo de voz—. No lo encontrarás, recuerdas lo que Cho dijo sobre la diadema: "Que ninguna persona viva lo ha visto", es obvio no. Tienes que hablar con un muerto.