En el Reino de las hadas ♡Yoonmin♡

09. La sal del mar

Aparco en el estacionamiento del malecón. El mar resonaba a lo lejos al golpear con las enormes piedras. Las sirenas eran raras de ver, por lo que el pago por una era una cantidad exorbitante, él nunca había cazado una porque creía que tanto las sirenas como las hadas eran criaturas de cuidado, más peligrosas de lo que se creía.

Tampoco era de acostarse con alguna pero había roto mucho antes esa regla cuando conoció a Irene, la hermosa sirena pelinegra que muchas veces le había acompañado y ahora con Jimin, esa hada híbrido desesperante.

—Bien Jungkook—dijo mientras caminaba —Tienes que quedarte aquí

—Pero...

—Escucha, las sirenas vienen aquí cada año a reproducirse, si alguien que no está invitado traspasa su territorio se van y no podremos saber de ellas hasta dentro de un año

—¿No vienen del mar?

Yoongi le miró con una ceja alzada —No entiendo por qué no sabes nada de esto —gruño—Hay ciertos lugares en el mundo que son buques de tiempo y espacio, osea el paso a otra dimensión o en este caso mundo, el mar es el buque más grande y hay ciertos lugares que te llevan al mundo Sihirli, sólo desapareces. Esa isla —señalo una isla alejada —Es el buque más cercano que tenemos, aunque claro también está el bosque pero ya sabes es más peligroso ingresar por ahí.

—No creí que todo esto fuera tan complicado —confesó sin perder la mirada en la isla, una opresión en su pecho se instauró con violencia, como si hubiera tenido un presentimiento, pronto en collar que llevaba comenzó a pesar más de la cuenta

—Investigue, el símbolo del collar lo tienen las criaturas híbridas, por lo que es por donde debemos comenzar —suspiro —Este es el plan, yo iré abajo y pediré permiso para traerte, cuando regrese por ti mostraremos el collar, el dueño o la dueña tiene que estar aquí, haremos que quiten la maldición y tú harás que tú padre me pague muy buen dinero ¿Entendido?

Jungkook asintió de inmediato—Pero ¿Y si es peligroso? ¿Qué pasa si son como la sirena del circo?

—No, la sirena del circo estaba psicótica y hambrienta, vivir en cautiverio es la tortura más atroz que le puedes hacer a un ser mágico, las sirenas son como las hadas más racionales de lo que imaginas a menos que seas un pirata ellas aman comérselos.

Jungkook sufrió un escalofrío, cuando lo vio alejarse le llamo

—Suerte Suga —dijo con una sonrisa

Yoongi le observó por unos momentos antes de asentir —Regreso enseguida mocoso

Y dicho esto entró a la playa, la despedida con Jungkook le dejó un mal sabor de boca como si dentro de él supiera que algo malo estaba por suceder, negó siguiendo su camino, como cazador tenía ciertas reglas que debía de respetar a toda costa, una de ellas era que tenía que ser muy objetivo y separar sus sentimientos presentes del pasado, no podía guiarse por sus emociones porque eso significaría la muerte para él.

La arena lleno sus botas lo que le hizo hacer una mueca de desagrado, odiaba la playa o el mar, no le traía buenos recuerdos, cuando estaba más cerca de la línea de seguridad escucho con atención los golpeteos del agua que no provenían de las olas sino que eran más ligeros, casi imperceptibles para cualquiera que estuviera experimentando aquello por primera vez, dejo de caminar mirando las banderas de advertencia clavadas sobre la arena, los humanos cuidaban que nadie entrara al mar el tiempo de apareamiento de sirenas porque estás se volvían mucho más agresivas además de que el mar estaba en su modo salvaje.

Dió un chiflido en tres tiempos, escuchando como el chapoteo paraba, cerro los ojos cuando el cántico comenzó, era un coro de ángeles, lleno de dulzura y de vida, le atraería de no ser porque estaba entrenado para ignorarlo, comenzó entonces a pensar en otra cosa que no le hiciera caer en la tentación.