Yoongi entró a la habitación que le habían asignado, uno de los guardias le mostró el camino, porque cuando salió de la oficina de Namjoon no encontró a Jimin o a los demás por ninguna parte. Su corazón estaba experimentado esa opresión que le llenaba de tristeza, era en esos momentos en donde maldecia el lazo que habían firmado, porque de no tenerlo, no tendría que preocuparse por herir al hada molesta.
Entró a una habitación que parecía ser más un invernadero, estaba llena de flores, del techo colgaban enredaderas de un verde brillante, el olor floral era maravilloso, en medio de esta estaba una cama redonda. Jimin estaba sentado en el centro de esta con la cabeza acomodada en sus rodillas. Su cabello ahora era negro, producto de su tristeza, sus alas estaban hacia abajo como si también estuviesen acorde a su melancolía. Suspiró, no era bueno con las palabras y aún estaba molesto, pero verlo ahí, sin la luz que le caracterizaba le llenó de angustia.
—¿Jimin? —dijo acercándose.
Jimin no se movió, parecía absorto en sus pensamientos, cuando Yoongi llegó al borde de la cama se quitó las botas y subió a esta, la colcha parecidas a la seda era suave, se hincó frente a él, lo tomó de los hombros y masajeo, Jimin levantó la mirada, sus ojos estaban rojos, al igual que su naricita de botón y sus mejillas, sus labios hacían un puchero y había pequeñas lágrimas en el borde de sus ojitos. Le miraba desolado, cosa que le partió el corazón, llevó las manos a sus mejillas y limpió con cariño.
—¿Me vas a dejar aquí? —preguntó sin deshacer su pucherito.
—Hada tonta ¿Por eso estás llorando? —bufó con una sonrisa amable.
No quería admitirlo pero los ojos de Jimin se habían convertido en una debilidad para su corazón. —Escuché lo que hablabas con papá, yo...sé que no soy el mejor y que molesto mucho pero...puedo intentar serle de ayuda y...
Tenía que callarlo de alguna manera, terminar con sus lamentos sin fundamento, es por eso que le besó, en cuanto sus labios sintieron los acolchados y cálidos labios del hada, su respiración y ritmo cardiaco aumentaron, el hormiguero en sus manos hiceronon que recorrieran su cuello, suave, el cuerpo entero de Jimin era suave, como el pétalo de las flores.
Se separó por unos momentos, espero a que sus ojos se abrieran, cuando lo hicieron, estaban de un color miel, su cabello ahora era azul, sonrió ladino.
—Escuchar las conversaciones ajenas es de mala educación.
Jimin asintió. —No cuando están hablando de mí—dijo como reproche—. Yo...lamento no haberte dicho sobre Sawha...los siento, no quería que hubiera un problema y te pusieras en peligro, supongo que sí soy egoísta.
Yoongi suspiró, estaba molesto, pero no quería tratar mal a Jimin, no cuando este le había ayudado a encontrar a Jungkook. Se sentó alejado de él sin dejar de mirarlo. Jimin espero impaciente, jugando con sus manos avergonzado.
—Jimin, aparentemente ahora no podremos estar separados—suspiró—. Entonces debes de saber algo importante sobre mí, odio las mentiras, no las soporto, no me gusta que la gente me vea la cara de idiota porque no lo soy, si queires que esto funcione debes de ser honesto conmigo.
Los ojos de Jimin se agradaron, una tierna sonrisa se hizo presente, porque él realmente creía que Yoongi lo iba a dejar ahí.
—No más mentiras, lo tengo.
—¿Hay algo que tú quieras pedir? —preguntó con una ceja levantada—. Me refiero a si hay algo que no te gusta y quisieras que cambiara. Mira no soy bueno en esto de las relaciones, pero...podemos intentar con algo simple como esto. ¿Entonces?
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En el Reino de las hadas ♡Yoonmin♡
Fiksi PenggemarLa magia existe y Min Yoongi un cazador experto lo sabía, había sido entrenado desde niño para seguir con el negocio familiar, así que su trabajo no le resultaba nada difícil. Todo comienza a empeorar cuando le encomiendan el mejor y peor trabajo d...