34] Narrado

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⌈Cuatro años después

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Cuatro años después.

"Ama cuando estés listo,
no cuando estés solo."

-¿Cómo te sientes, cariño? -pregunta mi madre con emoción apartando la vista de la ventana hacia mí.

-Como si quisiera tirarme de un quinto piso, odio la sensación que tengo en el cuerpo -me quejé mientras soltaba el aire que estaba reteniendo sin querer y miraba al techo. Escuché su risa y sonreí. Me giré a mirarla-. Deja de reírte de mí, ¡esto no es divertido! -exclamé mientras reía en un intento fallido de sonar serio.

-No me estoy riendo de ti, me estoy riendo contigo -se defendió. Solté una leve risa irónica.

-Ah si es así vale, aunque mejor dicho te estabas riendo sola -dije, tratándola como loca.

-Te habías reído también, mentiroso.

-¿Qué? Mamá, te estás volviendo loca. Creo que subirte al avión te ha empeorado el cerebro.

-Ya, claro -rodó los ojos y volvió a mirar por la ventana cuando el avión se estabilizó-. Es precioso, ¿no crees? -preguntó.

Las nubes estaban a nuestro alrededor, y a veces pasábamos por ellas.

-Sí, es hermoso -mi madre giró la cabeza hasta mirarme y sonrió. Le sonreí de vuelta y colocó la mano en mi pierna, apretándola.

-Todo cambiará, cariño -murmuró.

-Todo ha cambiado, mamá. Todo está cambiando ya -afirmé y agrandó su sonrisa. En su mirada daba la sensación que decía sin palabras: "estoy orgullosa de ti". Le sonreí y me intenté acomodar en el sillón incómodo del avión. Aún nos quedaban dos horas y media de avión y no cabía duda de que me las pasaría durmiendo.

[...]

-Caiden, Caiden -me llamó mi madre mientras movía mi brazo-. Ya llegamos, vamos a a -añadió con ilusión. Me estiré perezosamente y, ya enterado perfectamente de su ilusión, me coloqué bien el cinturón de seguridad.

-¿Nerviosa?

-Más bien desesperada por bajar ya de este maldito infierno, tengo el culo cuadrado -reí mientras negaba con la cabeza-. Pero también nerviosa -admitió-. Hace tiempo que no veo a tu tía.

-Bueno, ahora vas a tener el tiempo que quieras para verla.

-Sí, realmente me siento mejor viviendo lejos de casa -añadió. La miré y se veía perdida, tal vez en un pensamiento... o en una persona.

-Yo estoy bien donde sea, pero cerca de ti. No quiero que cometas una locura y al final acabes quemando otra casa -bromeé. Ella se hizo la ofendida.

-Solo pasó una vez, ¡y fue un accidente! -se defendió- ¡Además! No se quemó, quemó... solo fueron pocos muebles.

-Pero pasó, y me alegra saber que fue un accidente. Tendría miedo si hubiera sido intencionado -puse una cara de terror fingido, y justo se volvió real cuando sentí mi cuerpo descender.

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