Juego

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Ése mismo día domingo mientras Nino y Alya avanzaban en su relación Ladybug acababa de derrotar a un akumatizado por su propia cuenta y una gran cantidad de fans la rodearon.

-¡Por favor Ladybug, danos tu número, te amamos!

-¡Danos un mechón de tu cabello!

-¡Casate conmigo!

La chica miraba a sus fans algo nerviosa hasta que sintió como alguien le tocó el hombro y lo miró.

-¿Me darías tu autógrafo?

La chica lo miró confundida.

-Adrien, nosotros somos novios ¿para qué quieres mi autógrafo?

La chica se fue mientras Adrien levantaba su mano alegré.

-¡Mañana pasó por ti mi reina!

Volteó a ver a los desilusionados fans con burla.

-¿Cómo les quedo el ojo? Yo soy su novio, admirenme y lloren niños.

Y se fue caminando como diva al saber que dejó bien marcado su territorio.

.

.

Al otro día.

Un alegre Adrien y una somnolienta Marinette iban caminando a la escuela juntos.

-Princesa ¿quieres jugar algún juego? Ya sabes, para pasar el tiempo a lo que llegamos a la escuela.

La chica lo vio con una sonrisa llena de emoción y se dio cuenta de que tramaba algo.

-No gracias, yo pasó gatito.

El corazón de Adrien casi se rompe.

Estuvo toda la noche planeado juegos para hacer sonrojar a su novia pero ella le dijo ésa cruel palabra, no.

Tenía que hacer algo y rápido para que ella acepte jugar algo.

-¿P-por qué no quieres jugar a algo? Es más, tu decides el juego.

Marinette vio como su novio lucía muy nervioso y desesperado.

-No es nada sospechoso que quieras jugar a toda costa y hasta me dejes elegir un juego ¿verdad gatito?

Adrien sudo frío.

-N-n-no t-tengo nada planeado m-my Lady.

La chica sonrió, su novio era pésimo mintiendo.

-Lo haré si me dices la verdad de ¿por qué quieres jugar a algo?

El rubio quiso mentir pero ésos ojos azules que lo veían lo acusaban y no puedo.

-Quiero ganarte en un juego y de pasó hacerte sonrojar para vengarme de ti.

La chica miró al frente mientras estiraba un poco sus brazos con pereza.

-Entonces no lo haré.

-¡Marinette!

El chico lo miró con sus ojos llorosos y ella rió.

-Era broma minino, voy a jugar.

Pensó por un rato y sólo se le vino a la mente algo en que su novio ganaba seguro.

-Si me besas, entonces tú ganas.

Adrien lo miró con una sonrisa y ella le volvió a explicar.

-Si tú...

Lo señaló.

-Me besas...

Se señaló.

-Ganas.

Concluyó y Adrien se sonrojo.

-N-no es justo Marinette, ya sé que somos novios pero ahí mucho público y se me pegó un poco tu timidez.

La azabache suspiro y se le acercó un poco.

-Entonces si yo te besó primero gano.

Adrien se apartó sonrojado.

-Juguemos otra cosa.

Marinette suspiro algo fastidiada pero volvió a sonreir al recordar un juego que le enseñó Chloe para casos de emergencia.

-Entonces ¿jugamos el juego 21?

El rubio la miró confundido para que ella le explique.

-Nos turnamos contando primero tú un número dos veces y yo dos dos veces y vamos rotando, y el que diga 21 pierde.

Adrien aún no entendía muy bien pero aceptó.

-Tú empiezas gatito.

Adrien seguía con la boca medía abierta al no entender muy bien el juego.

A: 1.

M: 2, 3.

A: 4.

M: 5, 6.

A: 7, 8.

M: 9.

A: 10, 11.

M: 12.

A: 13.

M: 14, 15.

A: 16.

M: 17, 18.

A: 19.

M: 20.

A: 21, 22.

Adrien quedo de piedra en su lugar y Marinette sonrió victoriosa.

-Yo gano gatito.

El chico se sintió humillado y ella se le acercó con un ligero sonrojo.

-Ahora mi premió.

Le dio un fugaz beso en los labios y luego se corriendo al encuentro con Alya y Nino en la entrada de la escuela.

-Apurate y ven Adrien.

Las dos chicas se fueron y Nino se acercó a su sonrojado amigo.

-¿El juego del 21?

El rubio asintió.

-Chloe inició ese extraño juego para confundirnos pero Alya me explicó luego de que me puse a llorar por perder unas 80 veces que siempre pierde el que empieza.

Adrien miró como su amigo asentía, apretó sus puños enojado y con su rostro muy sonrojado por el besó anterior.

-¡Marinette! ¡Ven aquí! ¡Exijo la revancha!

Y así los chicos siguen sin poder ganar una sola vez... o éso es lo que creen ya que las chicas se sonrojaron un par de veces (menos que ellos) y no se dieron cuenta una sola ves por pensar mucho en los juegos que hay de por medio.

El que se sonroja, pierdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora