Manual de lo prohibido °Capítulo 27°

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Sólo quiero hablar con ella -era su voz, sin duda, la que se oía a través del pasillo con eco propio.

Me quedé helada, mis pies no se movieron más y mi cuerpo quedó escondido tras la pared continua.

-Pero ella no quiere hablar contigo, pervertido -esa otra voz era la de Hero, aireada.

¿Qué estaba sucediendo?-pensé yo-

-¿Pervertido? -repitió Cole, escandalizado.

-¿La llevas a tu casa sabiendo que no está en sus cinco sentidos? No te hagas el santo -alegó Hero.

-La llevé a mi casa por eso mismo -explicó-. No iba a dejarla aquí sola en ese estado, además, yo no tenía llave de este departamento, ¿qué querías? ¿Qué la dejara en el pasillo? -replicó.

-Como sea, ella no quiere verte.

-Tú no decidas, no tienes derecho -decía Cole.

-No decido, sólo te estoy repitiendo lo que ella me dijo esta tarde -refutó Hero.

-Necesito hablar con ella, y tú no me lo vas a impedir -advirtió Cole.

-Pues, ojala la encuentres -la voz de Hero parecía ocultar una sonrisa malévola.

Hubo un silencio y me eché a correr al captar que la conversación entre ellos había terminado y que Cole pasaría por donde yo estaba escuchando todo.

Corrí hacía el ascensor, Cole no lo tomaría, de eso estaba segura. Las puertas se abrieron a tiempo y me escondí antes de que sus ojos me vieran. Apreté el botón para el cuarto piso, sólo por si acaso y el estómago se me encogió, evidentemente más sensible, cuando el ascensor subió un piso arriba.

Cuando las puertas se abrieron de nuevo y me dejaron salir, bajé rápidamente las escaleras hasta mi piso y llamé a la puerta del departamento trecientos diez y ocho.

Alguien dentro refunfuñó palabras ininteligibles y luego la tía de Hero me abrió la puerta y me puso mala cara, deformando su rostro con más arrugas de las que ya tenía. Su cabello blanco estaba atado en una desecha coleta y algunos cuántos pelos se salían de su lugar.

-Disculpe que la moleste, ¿está Hero? -pregunté.

-¡Hero! -lo llamó, luego sin decir nada más, se dio media vuelta y volvió al sofá en el que seguro estaba antes.

Hero salió de una de las habitaciones y después de que miró a su tía me captó en la puerta de entrada, esperando.

-Oh -musitó y se acercó a toda velocidad-. ¿Qué pasa, ______? -dijo, saliendo un poco y cerrando la puerta tras de sí.

-Escuché la discusión que tuviste con Cole, ¿por qué? ¿A qué vino? -inquirí, desesperada.

Él exhaló.

-Venía a hablar contigo, pero le dije que tú no querías hablar con él -musitó.

-Eso lo escuché, pero ¿por qué le dijiste que yo no quería hablar con él?

-Pues, ¿no es obvio? _____, yo sé que te lastimaría más de lo que ya lo ha hecho. No quiero que te sientas culpable de nada, Cole es el que tiene la culpa aquí y quiero que lo acepte.

Además ya has llorado bastante.

-Pero...

-A menos de que quieras despedirte de él, yo no puedo impedirlo -se encogió de hombros.

-No -negué rotundamente-. Ni siquiera le diré que me voy.

-No digas que te vas, se siente horrible -musitó, bajando la mirada.

Manual de lo prohibido (Cole Sprouse) ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora