Todos somos idiotas alguna vez en la vida.
Eso es lo que se repetía normalmente, está bien errar, está bien cagarla, está bien ser idiotas; si luego te arrepientes y estás listo para enmendar tus errores. Si bien era una definición algo metafórica, para nada literal, él la estaba cagando ahora mismo llegando una hora tarde a clases. Corrió lo más rápido que sus piernas eran capaces y tampoco era que tuviera poca resistencia física, pero normalmente era catalogado como un flojo que le encantaba dormir.Bueno, tampoco es como si fuera algo nuevo, ¿no? O sea, Min Yoongi era de los conocidos en esa escuela por varias razones y una de esas era llegar tarde con la excusa de haberse quedado dormido.
Linda etiqueta, ¿verdad?
Hoseok nunca lo despertó con sus típicos gritos de "despierta vago de mierda" o algo así como "si quieres mantener tu asistencia mínima será mejor que te apures, rubia". A veces pensaba odiarlo, otras veces solo lo detestaba, pero la verdad era que son mejores amigos y no se lo podía quitar de encima, y tampoco es como si de verdad lo quisiera lejos, así se demostraban su cariño. Como era costumbre él lo estaba esperando en su casillero para irse corriendo a clases. Cuando sintió a alguien acercándose, levantó su cabeza del móvil que sostenía en sus manos; generalmente revisaba su Instagram o molestaba a sus jugadores menores con videos de terror o gemidos que los avergonzara en los lugares donde estuvieran.
–¡Eh! Rubia–dijo con burla en cuánto lo vió–. ¿Por qué tan tarde?
–No sonaron tus gritos Hobi, los esperé para despertar y poder desayunar.
–¿No desayunaste? ¿Por qué?– con un tono de preocupación excesiva preguntó–. Tu necesitas desayunar, necesitas energía para el entrenamiento.
Eran parte del equipo oficial de la preparatoria de Hongdae, en Seúl. Yoongi jugando por el número cuatro, como capitán y Hoseok por el cinco.
–Fue solo hoy, lo prometo –dijo para por fin abrir su casillero, sacar su cuaderno e irse a la clase. Aquellas casillas estaban decoradas con los números y colores de sus camisetas de juego, como la institución no ponía reparos mientras al final de su ciclo escolar fueran retirados todos los objetos o pinturas características de cada persona. Yoongi, con sus nulos conocimientos sobre arte y su corta imaginación; solo dibujó un "04" en letras grandes y de fondo hizo una constelación, como solían decirle "la estrella" en la cancha. Hoseok fue más allá poniendo luces alrededor de su "05" que brillaban cada vez que él abría su casillero.
En el camino pasaron por el ventanal que da paso al estacionamiento del colegio y lograron ver uno de los buses que transporta otros equipos hacia la preparatoria ahí en Hongdae.
–¿Cuándo dijieron que había partido?– preguntó Yoongi confundido. –nunca avisaron nada por los mensajes...
Hoseok demoró en contestar, pensando.
–No avisaron, que yo recuerde– dijo tan tranquilo y Yoongi maldice en voz baja, tenía cosas que hacer. – ¿Tenías algo que hacer?–. Como si le leyera la mente.
–De hecho, si, tengo tarea y luego me tiraría a la siesta del día.
–Lo supuse —Hoseok se rió.
–¿Me tomas por un vago?
–¿Que acaso no lo eres?
Ambos rieron y caminaron a clases.
Aburrida, como siempre, pero no podía dejarse flaquear y menos tan cerca de alcanzar su meta, que era la universidad principal de Seúl. Si su rendimiento en el basquetball y sus calificaciones se mantenían, le darían una beca completa que cubría su estadía en esa institución, además de alojamiento en departamentos exclusivos para alumnos.
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La Estrella En La Cancha [Jimsu]
FanfictionTw: violencia familiar Min Yoongi es el capitán en el club de basquetbol de su escuela en Hongdae, comprometido con su papel en el equipo y reacio a conocer gente nueva por antiguos demonios de su pasado. No cree que a su edad los adolescentes teng...