Sunset.

Nineteen

El pequeño Roy estaba nervioso desde el momento en que los adoptaron y no se sentía en casa, sobre todo estando sólo en aquella gran mansión, Oliver estaba ocupado con algunos trabajos mientras que Dinah era con quien más convivía, no era lindo estar sólo. Cuando decidió escaparse por primera vez, logró volver sin que nadie lo supiera. Después de eso salía seguido hasta que un día se perdió en la ciudad.

Roy tan sólo tenía cinco años y caminaba por las calles intentando que alguien lo ayudará pero nadie se paraba si quiera cuando su suave voz los llamaba. Al paso de un rato se cansó así que decidió quedarse en parque cercano, el cual desconocía y se escondió entre algunos árboles para poder llorar cerca del lago. Era un tonto por salir así y se lo repetía varias veces.

Una voz llamo su atención, un chico de extraño color de ojos demás de pelinegro, no estaba seguro que pasaba pero no quería acercarse ni que alguien lo hiciera además se veía un poco mayor que él.

Roy: Nada, vete.

??: Pero estas llorando.

Roy no respondió así que aquel chico se sentó a su lado y quedó a su lado hasta que logró volver a calmarse.

??: ¿Cómo te llamas?

Roy: Yo me llamo Roy.

??; Un gusto, soy Garth, ¿paso algo?

Roy: Me perdí, no se donde estoy, no había salido de casa.

Garth: ¿Sabes como se llaman tus padres?

Roy asintió.

Garth: Puedo decirle a Arthur que los busque.

Roy: No me voy a mover de aquí.

Garth: Esta bien, sólo dime sus nombres.

Garth resultó ser ahijado de Arthur quien al escuchar sus nombres no dudo dos veces en llamar a Oliver quien estaba buscando a Roy junto a Dinah, cuando llegaron aún lado de Roy este los abrazó a ambos y no quería soltarse de su lado.