CAPITULO 44: LO QUE QUERÍA OLVIDAR

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se aferraban a las sabanas con frenesí. - ¡¡DUELE!! ¡¡ahhhh!! ¡¡nngghh!! - sus ojos lagrimeaban y no podía detener esos extraños sonidos que salían de su boca.
- jajajaja - riendo entre sus propios roncos gemidos.

El fuego que encendía el cuerpo del peliblanco se encendía y se apagaba con velocidad, mientras era envestido... Era de esperarse que él no sabia por lo que estaba pasando, su mente de niño y los efectos de la droga en su cerebro, no lo dejaban deslumbrar si lo que sucedía era un sueño o la cruda realidad.

...

nghh... - despertando. Su cuerpo adolorido y adormecido no se movía, solo sus platinados ojos se abren con dificultad. Confundido por el dolor de su cuerpo, no recordaba con claridad lo que había sucedido horas atrás. Sus ojos se mueven hacia la puerta de la habitación - ¿oh? - sorprendiéndose, aun sin moverse ni un centímetro de la cama. Desde la puerta el chico moreno que antes estaba con Lulubell, estaba parado en ella mirando fijamente hacia el cuerpo del menor. Sus ojos se quedan puestos en los del otro por varios minutos.
Bienvenido al juego, decimocuarto. - es lo único que le dice y sale de la habitación. El otro solo lo queda mirando.

Media hora después.

¿cómo se siente tu cuerpo? - vistiéndolo.
- ... - se mantiene en silencio, en realidad, no sabe que decir ni que pensar.
- tranquilo, pronto se pasara. 
lo que paso, ¿es malo? - mirándola fijamente.
- no, claro que no… - acariciándole su mejilla - …lo que hizo el conde fue para que la agonía de tu cuerpo desaparecieray así fue ¿no? -
- si, pero... -
- todo lo que hace el conde es para que tu estés bien, ya veras que te sentirás bien. - sonriéndole.
- ... - creyéndole todo lo que le había dicho. De repente tocan la puerta.
adelante. - dice la mujer.
permiso... - entra el hombre robusto a la habitación. - mi querido pequeño, ¿te sientes mejor? - mirándolo fijamente.
... - un escalofrío recorre el cuerpo del pequeño - si… 
estaba tan preocupado por ti. - 
- los dejare solos un momento... - poniéndose de pie.
- Neah-san... - agarrándole su chaleca casi como auto reflejo.
tranquilo, hijo. - acariciando su cabello. - estarás bien. - camina hacia la salida y sale de la habitación. Ambos se miran fijamente, el rostro del pequeño esta enrojecido y se desvía hacia el suelo. 
querido...- acercándose y sentándose junto a el. - espero no me culpes, lo hice por tu bien... -
- lo sé... - 
- ¿lo sabes? -
- si, me sano... - mirándolo fijamente. - …perdone por molestarlo, usted ha sido tan bueno conmigo. - lagrimeando.
mj. - su sonrisa macabra no era notoria para el pequeño - estaba muy preocupado ¿sabes? -
si, de verdad lo siento... -
- pero ahora todo estará bien y somos mas unidos que antes -
¿eh? - sorprendido.
porque ahora compartimos un secreto muy grande. - sonriéndole cálidamente.
¿un secreto? -
- sip, no puedes contarle a tu padre lo que sucedió, él se sentiría muy triste... -
- ¿triste? -
- así es, imagínate que sabe lo débil que fuiste, eso no le gustaría... -
- ... - sintiéndose deprimido.
- ...sentiría que no crio bien a su hijo y quizás se aburra de cuidar de ti. -
¿eh? - llorando - ¡¡¡YO NO QUIERO ESO, CONDE!!! ¡¡NO LO QUIERO!! - apoyándose en el gran cuerpo del conde, dejando salir su tristeza por imaginarse esas palabras.
- tranquilo… - acariciando su cabello. - …no le diré nada, si tu no lo haces... - 
pero de seguro usted también me odia ahora -
no digas eso, yo nunca seria capaz de odiarte 
pe... pero... -
- eres mi gran tesoro... -
conde... 
- ... - toma el rostro del pequeño entre sus gruesas manos. - te diré un secreto... - mirándolo fijamente - ...eres mifavorito -
¿favorito? - sorprendido
si, no le cuentes a nadie, pero eres mi niño favorito - 
- ¿yo? - sintiendo una extraña alegría.
así es, tu ahora también guardas un secreto mío... - tocando la nariz del pequeño. - …así que somos muy, muyamigos, ¿verdad? -
... - sonriéndole. - ¡si! - abrazándolo - lo quiero mucho, conde -
y yo a ti, pequeño. - sonriendo tenebrosamente - …y yo a ti. -

POR FAVOR , TOMA MI MANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora