10. Un Susto de Muerte - Parte 1

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Kudou estaba estresado, muy estresado. Tenía en su escritorio fotografías de los dos ataques que habían sufrido, ambas con la misma frase desalentadora: "Los Observo".

Esperaba impaciente el día en que el Sr. Raimon le confirmara que las instalaciones para trasladar a los chicos estuvieran listas, porque no estaba seguro de cuanto más podrían seguir en el colegio sin sufrir una perdida mayor.

Lo material perdido en el restaurante de la familia Utsunomiya podía ser reemplazado, pero lo que le ocurrió hoy a "Kazemaru" ... agradecía que Tsunami y el capitán hubieran reaccionado a tiempo. Cuando los chicos estuvieron en sus camas, se reunió con Kanon y "Endou", tomarían las medidas de seguridad necesarias hasta que pudieran defenderse.

Necesitaba una aspirina, su cabeza estaba punzando por el estrés... ¿Cuándo se involucraron en una guerra con el gobierno del futuro?

Peor fue saber que su hija, también fue victima de los ataques que sufrieron los chicos. Con tal de alejarla de Endou y desmotivarlo, hicieron que una pequeña niña perdiera a sus padres y su memoria. El golpe que Kudou propinó al escritorio resonó en el pequeño cuarto, trató de calmarse al sentir como Fuyupe se removía en la cama.

Kanon le había revelado esa verdad hace unos pocos minutos. Unos chicos tan buenos no deberían de estar lidiando con este problema, ninguno de ellos. Pero ahí estaban. Adaptándose a la situación. Sobreviviendo...

Volvió a dirigir una mirada a la peli-violeta, que había vuelto a caer profundamente dormida, Fuyupe era la única chica que estaba en la concentración. Kudou se había encargado de que tuviera su propia habitación lejos de tanta testosterona, pero luego del ataque de hoy, era mejor que nadie permaneciera solo. Movió la cama de Fuyupe a su propia recámara y le acomodó un espacio.

Suspiró antes de apagar la luz del escritorio y dirigirse a su cama, necesitaba unas horas de sueño, antes de hablar con los chicos.

El entrenador se metió bajo las sábanas siendo acompañado por la luz de los relámpagos y el sonido de la lluvia golpeando fuerte en la ventana.


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Kazemaru ya de vuelta en su habitación y luego de despedir a "Gouenji" y agradecerle por quedarse con su igual, se había sentado en su cama meditando lo que acababa de pasar. Estaba rojo hasta las orejas y una boba sonrisa de felicidad surcaba su rostro. No pasó nada realmente, solo habló con su capitán, pero no podía dejar de sentir el fuerte palpitar de su corazón golpear contra su pecho. Estaba tan feliz que sentía que podría correr 10 vueltas a todo el colegio.

Tratando de mantenerse sereno acercó la mano que tomó el capitán a su pecho, aún estaba tibia... cayó de espaldas y se puso una almohada en la cara evitando gritar. Su boca no emitió ningún ruido, pero sus piernas no tenían tanto control, comenzó a patalear de felicidad.

- Parece que algo bueno ocurrió. – tranquila, serena y débil, así fue la voz de "Kazemaru". Deteniendo inmediatamente su arrebato de emoción, Kazemaru quedó sentado en su cama viendo a su igual, completamente apenado por la situación en la que fue visto. – Jajajaja, que no te de pena.

La pequeña mofa no ayudó con la vergüenza, después de todo parecía novicio enamorado...

- ¿Cómo te sientes? – hizo a un lado su arrebato de felicidad, recordando la situación que pasó su igual. Kazemaru se sentó en la cama del contrario revisando el termómetro – 33° te está subiendo la temperatura. Deberías estar mejor en la mañana.

Nuestra Realidad (Inazuma Eleven Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora