Cuatro

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Espacio en el Tiempo: Clasificado.

Ubicación: Clasificado.

Operación: J.A.R.E.T.

Nivel de Seguridad: Máximo.

Director: Clasificado.

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Tres secuestrados... se supone que solo eran tres los que habían sido secuestrados...

¿Cómo no cayeron en cuenta de un cuarto rehén?

Habían pasado varios días desde que llegaron a ese horrible lugar. No estaban seguros de cuántos, no había reloj o ventanas que les permitieran medir el tiempo, pero se había sentido eterno el suplicio.

El día que despertaron en ese horrible lugar, Kirina podía jurar que nunca lo olvidaría. Abrir los ojos en un lugar completamente desconocido, con un dolor de cabeza comparado únicamente con una migraña, desorientado completamente.

Mansaku estaba tirado a un costado de él, también estaba Ichihoshi.

Recordaba estar tan desorientado en aquel frío cuarto blanco, que no logró ponerse en pie. Tuvo que arrastrarse hasta Mansaku para removerlo hasta hacerlo reaccionar. Estaba igual o más desorientado que él, lo escuchó quejarse y parpadear supuso que tratando de enfocar la vista.

Luego fue el turno de Ichihoshi, su despertar fue mucho más brusco. Parecía un animal enjaulado a punto de atacar, hasta que logró reconocerlo.

Así había empezado este calvario, eran tres los que despertaron en ese infernal cuarto, eran tres los que pasaron hambre por horas dentro de ese cuarto, eran tres los que lidiaron con la ansiedad, el enojo, el miedo, la frustración de no saber qué pasaría, eran tres los que pasaron juntos la primera noche despiertos con insomnio, el único momento donde lograron tener idea del tiempo, solo porque el primer científico que entró tras la mugrienta puerta con barrotes, saludó sínicamente deseándoles que hubieran pasado una buena noche.

Luego de eso los minutos se sentían como horas, las horas como días...

Se puede decir que el primer día fue el más tranquilo de todos, los sacaran en solitario a cada uno de ellos, obviamente hubo resistencia, pero solo tomaron algunas muestras de sangre, saliva, cabello, nada perjudicial o demasiado invasivo.

Y así como los sacaron en medio de empujones, a empujones los regresaron a la celda.

Imaginariamente pasó quizás una hora... o dos, era difícil de decir. Antes de que un tipo corpulento, uniformado como militar con el típico cliché de las mil medallas colgadas del pecho, con marca de una cicatriz bajo la quijada y su mirada, no había humanidad en aquellos ojos. En pocas palabras, el tipo imponía terror y autoridad.

Se presentó como el "Coronel del Olvido", alegando que ellos no tenían la necesidad de conocer su verdadero nombre. Mansaku y Kirina saltaron a los reclamos, exigiendo saber ¿Dónde estaban?

Como si aquello no fuera con él, el hombre simplemente los ignoró y caminó rumbo a Ichihoshi. Que por detrás de los otros veía al coronel con ojo crítico, como aquel astuto zorro que analiza la situación antes de atacar.

El pobre ruso jamás se entero que aquella mirada selló su sentencia con aquel hombre.

El sujeto salió de la celda con una sonrisa que los tres recordarían en sus más negras pesadillas.

A los minutos la puerta fue abierta nueva mente y aquel podemos solo compararlo con la apertura de las puertas del infierno.

Entraron tipos con batas blancas y otros uniformados y con armas. Al ver que los apuntaban y les exigían mantenerse contra la pared, por más impotencia que sintieron, no lograron hacer nada cuando a la fuerza volvieron a sacar a Ichihoshi.

Nuestra Realidad (Inazuma Eleven Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora