13. Decisiones

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Luego de toda la charla que les dio el entrenador sobre el encapuchado misterioso, Fudou estaba pensando en hablar con Tobitaka sobre la reunión que tendría con el tal Karasu. Hacemos la aclaración que Fudou no estaba preocupado, pero si a Tobitaka le pasaba algo podría perderse de valiosa información, así es que planea avisarle que lo mantendría monitoreado, en caso de que necesitara ayuda. Pero de nuevo, él no estaba preocupado.

Sin embargo, sus planes de hablar con el pelimorado sufrieron un pequeño cambio al ver a "Fudou", irse tras los Kazemarus. Luego de todo lo que pasó ayer, se había planteado algo, algo que normalmente no haría... algo que podría indicar que se estaba ablandando su frío y duro corazón. Realmente no quería hacerlo, pero antes de terminar de discutir con él mismo, sus piernas ya habían tomado una decisión persiguiendo a su igual, de manera muy sutil.

Ya luego hablaría con Tobitaka.

Siguiendo por el pasillo, caminó suavemente hasta su copia. Notó como los Kazemarus salían con botellas de agua listos para comenzar su rutina, si no se equivocaba "Fudou" esperaría aproximadamente siete minutos, eso le daría tiempo suficiente a los dos velocistas de acomodar las botellas de agua y sus respectivas toallas en algún lugar con sombra y realizar algunos estiramientos antes de comenzar un suave trote para paulatinamente aumentar la velocidad. En siete minutos y ya con los pelicelestes a cierta distancia "Fudou" caminaría hasta encontrar uno de los laterales del camino con sombra, lo suficiente oculto como para no ser notado, pero con la suficiente visibilidad como para vigilar a los chicos.

Y aquí es donde el mismo Fudou se pregunta ¿Cómo sé todo eso?

Fácil, a diferencia del resto de sus compañeros que van por la vida sin fijarse en los detalles hasta que son golpeados a la cara por un balón de fútbol. Él siempre está pendiente de su entorno, que finja no hacerlo es otra historia.

Pero Fudo está claro que el conocimiento es poder, conoce a tus aliados y aún más a tus enemigos, saber sus mañas, gustos, disgustos, costumbres y preferencias, te permite estar un paso por delante ante cualquier problema.

Aprovechando esos siete minutos que tenía, se acercó a su igual, el cuál al sentirlo caminar volteó en su dirección.

- ¿Qué quieres ahora? – a diferencia del resto del equipo que comenzaban a desarrollar cordiales lazos de amistad con sus otros yo de la otra dimensión, línea de tiempo o lo que fuera, los Fudous particularmente no se llevaban bien. Irónico...

- Vengo en paz. Estoy dispuesto a ofrecerte mi ayuda. – eso pareció llamar lo suficiente la atención de "Fudou", que lo miró alzando una ceja. ¿Debía ofenderse por desconfiar de él mismo?

- ¿Te fumaste algo?

-... - Si prestabas atención podías escuchar algo quebrarse, eso que sonó roto era la poca paciencia que Fudou tenía con el mundo. ¡Estaba seriamente ofendido! Aunque nadie lo crea, él jamás ha fumado o utilizado drogas, la piedra del meteorito no cuenta. Fumar daña los pulmones, no necesitas dos dedos de frente para saber eso. – Esto me gano por querer ser buena persona. – masculló entre dientes.

- No tengo tiempo para esto – "Fudou" se dio la vuelta dispuesto a ignorarlo y esperar en otro lugar, pero se vio jalado por el cuello de su camiseta y terminó estrellado contra la pared con su igual bloqueándole el paso.

-Escucha que no pienso repetir esto. – Fudou se acercó al rostro de su igual manteniendo un tono peligrosamente bajo – Ya que estás tan interesado en un insignificante ser de cabello celeste, que es inútil porque no puede salir solo de un congelador. – en este momento "Fudou" afiló también su mirada, no le gustaba el rumbo de la conversación - Me veo en la penosa situación de ayudarte a vigilarlo, así es que agradece que esté dispuesto a dedicar parte de mi tiempo en cuidar a tan poca cosa.

Nuestra Realidad (Inazuma Eleven Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora