#11: "Un Monstruo".♠

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Mi cuerpo se sentía pesado, como si estuviese atada a algo, como si realmente no me pudiese mover de mi lugar. Sin embargo, cuando mis ojos se abrieron y les pude acostumbrar a la poca luz que ingresaba a la habitación donde estaba, me di cuenta de que sólo era una mera sensación, porque no estaba atada a nada. Mi cuerpo, de hecho, se encontraba sobre una amplia cama de dos plazas casi desconocida para mí. Sin embargo, mi cuerpo no respondía…Estaba allí, quieto como una tabla. No podía hacer nada.

Entonces, me invadió la más extraña sensación de algo húmedo escalando por mi estómago. Era extraño porque además de sentirse húmedo, se sentía tibio, hasta cierto punto agradable…

Al menos lo fue hasta que comprendí qué era lo que estaba sucediendo allí.

Se me dio por mirar mis pintas y descubrí que iba sólo en un pequeño conjuntito de sujetador y braguitas negras con corazones rojos y encaje en los bordes. Nada más. Y no sólo eso, sino que la sensación húmeda provenía de una lengua. ¡Y de quién, por el amor de Dios! Su cuerpo, pequeño, delicado y hasta cierto punto aniñado se ponía a horcajadas sobre el mío, mientras que sus suaves y frías manos subían constantemente por mis piernas, acariciando todo lo que tenían a su alcance, únicamente para volver, segundos más tarde, a repetir el proceso. No sólo eso, sino que su lengua jugaba con una de las heridas que me había hecho debido a Karlheinz.

— ¡Ka-Kanato!-exclamé.

Dejó de lamer mi herida, levantó su mirada y con sus ojos buscó los míos. Al encontrar mi mirada, aterrada y avergonzada esbozó una sonrisa de lado que hizo resplandecer los colmillos en su boca.

—Uh…-gimió-Finalmente has despertado, pensé que no ibas a hacerlo nunca más.

— ¿Qué ha-haces?-tartamudeé, intentando apartarle de mí, pero sin recibir respuesta alguna de mis músculos.

—Limpio el desorden de sangre que “esa persona” ha dejado en ti…

Sin hacerse tardar por reafirmar lo que decía, inclinó su cabeza sobre mi hombro y comenzó a pasar su lengua por la herida de mi hombro con delicadeza y suavidad, pero no sin dejar de disfrutar el sabor de mi sangre.

—Es tan dulce, tan adictiva…-susurró en mi oído, provocándome un espasmo involuntario-Se nos ha encargado la tarea de mostrarte todo lo que podrías haber perdido en caso de haber escogido quedarte con ese patético ángel. Todo lo que…-mordió el lóbulo de mi oreja con suavidad-Jamás hubieses vuelto a conseguir sin nosotros cerca.

“Dejaré que mis hijos hagan contigo lo que quieran…”, esas fueron las palabras de Karlheinz al rescatarme, pero… ¡No podía ser cierto! Él sabía que yo odiaba el contacto físico y me hacía esto. Me dijo que iba a saber lo que era desobedecerle y no estaba mintiendo. Este es mi castigo…Permitir que sus hijos hagan conmigo lo que quieran…Aunque espero que ese “lo que quieran”, tenga aunque sea alguna clase de límite.

La lengua de Kanato pasando encima de la herida de mi muñeca me hizo dudarlo enormemente. De repente, en lugar de tan sólo lamerme, comenzaba a besarme el cuerpo, dejando marcas moradas sobre mi piel.

—Me encantaría poder comerte entera…-comentó-Me encantaría poder saborarte hasta que de tu cuerpo ya no salga más sangre…Hasta que pudiera convertirte en una de mis muñecas de colección. Serías mi otro juguete favorito...El otro, porque nadie nunca superará a mi Teddy.

Sentí que la sangre se me helaba por el miedo, también sentí que el corazón se me aceleraba…No, aquello no podía estar bien. Si esto seguía así, iba a terminar mal. Kanato no es completamente de fiar, lo sé perfectamente bien.

Entonces, se dirigió con fiereza al lado izquierdo de mi pecho, apoyó un oído sobre mi seno y escuchó en silencio los latidos de uno de los órganos vitales más importantes.

Midnight Pleasure [♥Diabolik Lovers♥] |Book #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora