Midnight Pleasure [♥Diabolik Lovers♥] |Book #1|

#2: "Vampiros"♠

N/As: Perdonen muchísimo la tardanza! >_< Es que tuvimos algunos problemitas para publicar el siguiente capítulo. Una de nosotras recibió una noticia algo "sorprendente" y entre la emoción y demás, no tuvimos tiempo de escribir. 

En fin, el siguiente capítulo está aquí para ustedes n.n ¡Esperamos que les agrade!

Y muchísimas gracias por el apoyo que nos dieron en el primer capítulo :3

En la foto: Los ojos de Kira n.n

#Emi&Dei

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—Tenemos un trato, Jai…-gruñó Karlheinz.

—Al demonio tus tratos…-habló entonces una voz apagada y profunda que no conocía.

Di una sacudida de cabeza violenta. Fue tocar la puerta de aquella extraña casa salida de otro siglo, cuando esas palabras resonaron en mi cabeza de forma desordenada y además como si tuvieran un profundo eco detrás.

Me llevé una mano a la frente y sentí que me mareaba. Pero de la nada, recuperé la compostura cuando sentí a la perfección que alguien pasaba rápidamente a mis espaldas. Recordé entonces que estaba en el recibidor de aquella mansión, así que sin detenerme a investigar quién pasaba detrás de mí, miré a mi alrededor embelesada y dando algunos pasos más al interior de la casa.

Mirar hacia el techo era como estar entrando en una especie de palacio, porque de mi cabeza, hasta allá debía haber unos siete u ocho metros como mínimo. En el centro de la pieza había una araña (se refiere a las lámparas, no al animal) de cristal dorado y justo enfrente a mí habían unas grandes escaleras de mármol con alfombra de algo que parecía ser terciopelo rojo.

Me estanqué en el centro de aquel lugar y miré a ambos lados: Topándome así con dos pasillos diferentes. ¿Qué no dijo que en esa mansión vivían su esposa, sus hijos y otra chica? ¿Dónde estaban? Encontraba algo difícil que no hubiesen escuchado la puerta abrirse debido a su enorme peso y al eco del lugar.

—Demonios…-espeté, sintiéndome por primera vez libre de decir las obscenidades que se me pasaran por la cabeza.

Si mis padres hubiesen estado me hubiesen reprendido al instante.

Mis padres… ¿Por qué me dejaron partir así?

Suspiré con algo de nostalgia y opté por subir las escaleras en lugar de salir a perderme por aquellos pasillos.

—Encima de que me deja sola, me hace investigar también sola-resoplé-. Joder, Karlheinz...

Mis pies descalzos resonaron en la escalera de mármol y me percaté entonces de que todo aquel sitio estaba algo vacío. Sin dudas, no era lo que me esperaba.

Esperen…Acabo de volver a sentir un aire frío a mis espaldas, como si alguien hubiese pasado detrás de mí nuevamente a velocidades imposibles. Me giré entonces sobre mis talones y miré hacia ambos lados, pero no me encontré con nada, hasta que bajé mis ojos al recibidor, allí, parado, estaba un muchacho de cabellos castaños rojizos y de ojos verdes. Vestía camisa blanca, por encima de ella un jersey a rayas y una chaqueta azul jean. También llevaba puestos unos pantalones marrones cortos hasta las rodillas, una corbata roja y zapas marrones.

— ¿Quién eres?-cuestioné, achinando los ojos al ver una sonrisa de picardía invadiendo su rostro pálido.

El chico, que no aparentaba mucho más de diecisiete años soltó una pequeña risita y luego pude oír a la perfección sus pasos resonando en el suelo de la mansión. Se estaba acercando a mí.