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Llegará.

Lestrade dejo de mirar al frente para ver a su amigo.

—¿Quién vendrá?

—El amor de tu vida, Idiota.

—Y dices que yo digo las estupideces.

—Ese es tu titulo. Obviamente no te lo quitaría por nada del mundo.

—Estúpido.

—Aww... También te amo, ven dame un beso.— se acerco a él estirando sus labios cual pato dispuesto a besarlo.

—¿Ah? ¡¿Que?! ¡No!, ¡No seas asqueroso! ¡Quitate! ¡Provocaras un accidente! ¡Shu! ¡Shu!, para allá, ¡Regresa a tu asiento!— lo quitó de encima riendo a carcajadas.

—«No te hagas del rogar, ven a mí.»—mencionó divertido.

—Agh, ni se te ocurra volver a mencionar eso.

—¡Jajaja, por favor! fue una gran obra, tú actuación estuvo DE DIEZ.

—Del asco más bien.

—No seas tan cruel, Gasparin.

—Basta, lo digo enserio.—Trato de aguartarse la risa desviando la vista fuera de la ventana.

—¿Recuerdas cuando llegaste y traías el disfraz de Merlín? ¡JAJAJAJA!—empezo a reír exageradamente poniendo el ridículo a su amigo, los coches de a lado nos miraron, Lestrade aprovechó ese momento.
Cerro la ventana de su compañero aplastando sus dedos.

—¡AHH! ¡Mieraaa! ¡BAJALO! ¡BAJALO!

—Hasta que pidas perdón por eso.

—JAMAS ¡AHHH!—subió más el espejo.— ¡YA, YA, YA, YA! ¡LO SIENTO, LO SIENTO! ¡¡BAJALO!!— hizo caso.

—Así está mucho mejor.— meneo la cabeza sonriendo.

—Uff... ¡Idiota! ¿¡Querías mocharme los dedos!?—soplo sus dedos que estaban casi morados.

—No seas un exagerado, no fue para tanto. A ver dejame ver.

—¡No!, ¡Ya no te quiero! Vete para allá, en cuanto regrese Jim te las verás con él.—Respondio fingiendo llorar.

O tal vez si quería llorar...

—Awww. Cosita linda, dejame ver ¿Qué le pasó al bebé?—levantó sus manos hacia John, John respondió y le dio un manotazo.—¡Auch!, ¡Bebé malo, eso no se hace!

—Púdrete.—Lestrade rió por lo último. Jim tenía razón:

»Es un niño dentro del cuerpo de un adulto.«

—Perdón por eso.— habló nuevamente Lestrade.

—Olvidalo. Me lo merecía.

Ambos se miraron y empezaron a reír sin saber el motivo.

____________

—Iré a dormir.

—Pero sin son las 11, Sherlock.—Molly lo tomo de la muñeca olfateándolo.— ¿No te aplicaste los suprensores, verdad?

—Lo dejé pasar. Sabes que no me gusta esa maldita cosa.—se soltó de su agarre.

—¡Por dios santo, Sherlock!, ¡Eres un omega, tu celo puede adelantarse!

—Me alegra que te preocupes por mi, pero estoy bien, mañana retomare la dosis— sonrió, le dio un beso a su amiga en la mejilla y subió escaleras arriba Molly notó algo en el.

—¿Por qué caminas así...?—Sherlock se detuvo

—Así ¿cómo?

—Pues así como... Como un pingüino. ¿Sucedio algo hoy?—Sherlock confía en ella. Y al tono de su voz era mejor no preocuparla más.

—¿Recuerdas que una vez en la universidad te mencione que... Que tenía varias fantasías?—aclaró creyendo que era ya lo más obvio.

—¿Sí...?

No era lo más obvio.

—Suspiro— Tuve sexo con John en su oficina.—Soltó como si no importara en lo más mínimo. Molly tenia una cara muy extraña, ¿debería preocuparse?

—¿Es en serio?

—Creí que era lo más lógico...

—¡OH DIOS!, ¡Sherlock llevas un maldito día trabajando en esa empresa!

—Me sorprendes, casi nunca dices groserías.—rió recibiendo una mirada que solo Molly podía dar cuando estaba en verdad enojada.—Mira, no paso nada. Lo disfrute y creo que él... También... Así que no hay nada de que preocuparse. ¿Bien?—Tomo a su compañera del hombro.—Lo siento. No estaba pensando, el celo se hizo presente y solo... Sólo me deje llevar.—alzo sus hombros.

—No puedo creer que en verdad estés hablando enserio, Sherlock. Es un tema importante ¡Te acostaste con tú jefe!

—No creo que a los vecinos les interese esa información.

—¡Al diablo los vecinos!—dos groserías en la conversación.— ¡Es mayor de edad que tú! ¡Por dios!

—Irene y tu se llevan por 8 años y no te digo nada.

—¡Ese no es el punto!—lo señalo.

—¡Bien!, te prometo que no volverá a pasar.—Retomo escaleras arriba.

—¡Prometelo!—grito ella.

—¿No confías en mí?—la miró sobre su hombro.

—No. Sabes que a veces desconfió de las cosas que haces.—se cruzo de brazos esperando una respuesta.

—Lo prometo.— finalizó.

Subio hasta su cuarto cerrándola de golpe, ¿De verdad no volvería a tener sexo con John?

En tanto en la cocina Molly se encontraba preparando un sándwich. Las discusiones con ella y Sherlock siempre terminaban así.
Apunto de darle una mordida al emparedado sonó el teléfono de la cocina. Lo tomó en mano y contesto:

—¿Sí?

—¿Molly?—contesto la voz al otro lado del teléfono.

—¿Ire-... Irene?

››Secretaries‹‹ | JohnlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora