VII

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¿Estás seguro que es él?

—Claro que sé que es el. Mary habló con él del trabajo y vendrá hoy a la entrevista. Vengo a pedirte ayuda...

—No, de ninguna manea “No cuentes conmigo”, es asunto tuyo y de él, a mi no me incumbe en lo más MÍNIMO.

—John... Por favor... Te lo estoy pidiendo como amigo, no como jefe.—el mencionado sobo el puente de su nariz.— No lo puedo hacer esto solo...

—Es el mejor momento... Lestrade. Y sí lo entrevisto yo será mi asistente, y sí lo entrevistas tú tal vez te reconozca y... ¡Y puedan volverse más cercanos!—respondió lo mas feliz que podía.

—No creo poder controlarme.

—Oh, por favor... Bien. Haré la entrevista pero estarás a mi lado para que lo supervises o hagas algo, después de eso no te ayudaré más, ¿De acuerdo?

—No ayuda en nada pero...—suspiro.—Lo acepto.

Ambos se dieron la mano, El plan de John era solo hacerle las preguntas básicas y después dejaría a Lestrade por su cuenta.

—A qué hora vendrá?

—En 10 minutos.

—¿¡Qué!?, ¡dijiste que vendría en la tarde!

—... ¿Estás tan ocupado con el infante que ni tiempo te da de ver el reloj?—tomó la muñeca de John mirando la hora.— ¡Son las 4 de la tarde!

—Diablos...—rezongo.— ¡Ahg, Bien! Vayamos a tú oficina.—sonrió.

—Cínico.—comento abriendo la puerta.

—¿Todavia de que te ayudo te atreves a llamarme así?—salio a lado de él.

—No para nada, eres mi mejor amigo.

—Cuando te con viene, bastardo.

John le dejo en claro a Mary que cuando un chico pelinaranja ingrese al tercer piso le tome datos y sí responde al nombre de “Mycroft” que enseguida lo deje pasar a la oficina de Lestrade.
En cambio Mary estaba tan ocupada que le encargo eso a Molly,
Lestrade y John se fueron a la oficina y Mary corrió escaleras abajo quedando sola con Sherlock.

—Así que no era mentira...—hablo el moreno.

—Siento no habértelo mencionado antes...—acomodó varias carpetas.

—No importa ya, en cuanto venga me echará su típico sermón, de eso no hay duda.

Molly quedo en silencio.

Ambos recogían la cabina de Mary, lo que hizo que ambos se sobresaltaran era el sonido del elavador abriéndose.
Cuando ambos fijaron su vista vieron a Mycroft que portaba un traje elegante verdecillo, su portafolio y su típico paraguas.

¿Para qué lo usa?

—Así que... Aquí es donde trabajas, querido hermanito.—miro a su alrededor con asco.

—¿No te gusta, Mycroft?—colocó sus manos atrás.

—Claro que sí, me agrada de hecho.—sonrió levantando sus pómulos.—Lo que no me gusta es que trabajes con la persona que más odio en este mundo.

—¿Te refieres a Lestrade?, creí que aún te gustaba lo buscaste por mar y tierra por todo Londres. De hecho... Cuando Mary te llamo por teléfono tomaste el primer avión que salía para los estados unidos, eso explica porque ese traje horrible, tus zapatos están mal pulidos y tu sombrilla que traes la usas para los domingos para ir a misa debe doler hacer ejercicio en un día, más para ti... ¿Deduje de más, hermanito?

››Secretaries‹‹ | JohnlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora