VI

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—¡¡LEVANTATE YA!!—grito Lestrade desde el umbral del cuarto de John. John se sobresalto quedando sentado en su cama.

—¿Pero qué...?—miro la ventana.—¿¡Qué diablos te pasa!?

—¡Son las siete, hoy tienes reunión a las 10!

—No voy a ir... Presentame enfermo ¿Quieres?, gracias.— cubrió todo su cuerpo con la manta.

—Bien.—Lestrade se alejó, John pensando que ya se había dado por vencido retomo su sueño. A punto de hacerlo le arrebataron la manta esto lo extraño y giro mirando sobre su hombro.— ¿Qué es eso?—preguntó con los ojos entre cerrados.

Lestrade no lo pensó dos veces y le tiro en balde de agua que traía en mano.

—¡Por el amor a dios!—grito levantándose de su cama completamente mojado.

El agua estaba completamente fría.

—¡Nos vemos en la oficina!—gritó Lestrade cerrando la puerta principal.

El muy cobarde huyó.

John salio a la ventana mirando a Lestrade subir a su auto:

—¡Hijo de perra!—levanto su mano en señal de protesta. —¡Maldito!—entro a su cuarto pateando un zapato.

Salio de la casa en su vehículo último modelo en cuanto vea a Lestrade le daría una madriza que no olvidara.
Con un dedo rascó la parte baja de su nariz, noto que se le estaba escurriendo el moquillo.

—¡GENIAL!—.grito golpeando el volante haciendo sonar la bocina.

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—Podrías llevar esto a la oficina de John, Sherlock— habló de repente Mary.

—Por supuesto... ¿Está en su oficina?—revisó varios bocetos que le entregó Mary.

—Acaba de llegar, cuidado. Creo que viene de mal humor.—acaricio su mejilla dirigiéndose a la oficina de Lestrade.

Lo que faltaba pensó Sherlock.

Tocó la puesta y pegó la oreja para escuchar alguna respuesta.
—Adelante.—se escucho desde adentro. Sherlock entró, en cuanto estuvo delante del escritorio John le sonrió.— Buenos días. —no recibió respuesta del rizado.

—¿Traes algo nuevo para mi?

—¿Eh?, ah sí. Mary me pidió que te entregará esto.

—Oh son los nuevos bocetos de Anderson. O lo eran quedo despedido— revisó uno tras uno mientras Sherlock esperaba alguna otra indicación.

—¿Algo más?—John lo miró.

—Creo que no. Puedes irte.— Sherlock hizo caso.

»No, Espera.« llamó otra vez John.

Sherlock volvió hacia él. John traía el celular de oficina en mano con el dedo índice indicando que aguarde, al parecer platicaba con Lestrade.

—Entiendo... Se los mandaré enseguida, Sí aún sigo enojado por eso. ¿Qué pregunta más estúpida?, si mañana amaneces en un Zoológico no preguntes el porqué. ¿Mary te dará asilo? Claro que no lo hará. ¿Por qué? Porque si lo hace la despido.— colgó el teléfono.—¿Puedes mandarle esto a Jim?

—Tengo entendido que el señor Moriarty está en Italia.

—Ahg es cierto. ¡Diablos!—llevo su mano a su frente mirando el techo.

››Secretaries‹‹ | JohnlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora