XI

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Domingo 30 de abril, 2018

Vibro el celular de John sobre la mesa de noche, Sherlock despertó por eso y miro a su alrededor, se incorporó quedando sentado en la cama.

Sintió una mano en su cintura, enfocó su vista encontrándose con un John roncando mirando al lado contrario.
S

e quito de su agarre bajando de la cama. Noto que traía su vestimenta y tampoco estaba en el cesto.

¿El muy desgraciado la quemó?

Decidió bajar a la cocina eran alrededor de las 8.
En cuanto abrió el refrigerador se encontró con la mirada de una señora ya mayor de edad.

—...Hola.—saludo Sherlock sirviendo jugo en un vaso.

—¿Que tal, cariño? Soy la señora Hudson, puedes decirme Martha si lo deseas. —se presento limpiando la mesa.

—Mucho gusto Señora Hudson. Soy Sherlock.— extendió su mano.

Martha limpio su mano en el mandil y le respondió el agarré.

—Es la primera vez que el Joven Watson trae a alguien a su cabaña.—prendió la estufa.

—¿Debo sentirme afortunado, por eso?—tomó asiento.

—Desde luego, el Joven no suele traer a invitados aquí. ¿Qué quieres de comer?—recargo sus codos sosteniendo su cara en sus manos. De alguna forma era agradable para Sherlock.

—¿No espera a que se levante John?—termino de beber su vaso.

—A veces se levanta tarde, no sé si coma estando en su oficina. —le arrebató el vaso lavándolo en el fregadero.

—... ¿De acuerdo?, regresaré a la cama.—finalizo estirándose para subir por las escaleras.

“Descansa, cariño”, fue lo ultimo que escuchó de aquella señora.
Al subir y mirar mas detalladamente el pasillo observo varios cuadros, uno donde estaba al parecer John, su madre y padre con una bandera de Inglaterra atrás de ellos.

—Su padre era un militar.—comento.

Una vez estando en frente de la habitación de John abrió la puerta encontrándose con un John saliendo del baño.

—Pensé que me habías abandonado.—habló sentándose en la esquina de la cama en frente de sherlock.

—No sé ni donde estoy...— cerro la puerta sentándose en el regazo de John, ya se acostumbro estar ahí.

Sherlock beso a John, ambos traían aliento mañanero pero les dio igual. Después de algunos besos, mordidas y unas caricias quedaron dormidos abrazados el uno al otro.
Bajaron a comedor alrededor de las 10 con hambre, más John.

Martha los atendió con gusto, a Sherlock le hizo un pay de limón con algo de helado. A John le puso lo nutritivo, carne con dos huevos estrellados y algo de tocino:

“Debes comer bien, Cariño” contestó la criada.
Así le gustaba llamarla John.

Ella llevaba años trabajando para la familia Watson, y más al joven heredero. Después de la muerte de su padre su madre cayó en depresión quitándose la vida; de su hermana ya no se supo nada.

››Secretaries‹‹ | JohnlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora