Sonó la alarma y me extrañé al comprobar que ni siquiera oí cuando se fueron Lía y Alison, sí que había dormido profundamente, y sinceramente lo agradecía, ya que estaba bastante cansada del día anterior.
Me vestí con una simple sudadera, jeans y deportivas, no iba a salir de la biblioteca así que para que molestarse en arreglarse más, raro en mí no estaba muy despeinada así que me retoqué el pelo solo un poco y lo dejé así.
Me dirigí a la biblioteca con diez minutos de sobra para revisar un poco los alrededores.
Tal como me dijeron había unas puertas grandes que supongo que serían la biblioteca y un par de puertas más pequeñas a los lados que serían las famosas habitaciones.
Miré a mi alrededor para comprobar que no había nadie y no, ni una sola persona se encontraba en el hall. Intenté abrir una de las puertas, y efectivamente, estaba cerrada con llave, probé con la otra obteniendo el mismo resultado. Tampoco esperaba que se abrieran, pero por probar...
Cuando llegaron las once pasé a la biblioteca, era bastante grande, techos altos y grandes filas de estanterías llenas hasta arriba de libros, así hasta el final de la sala.
-¿Señorita? ¿Es usted Madison?
Giré la cabeza a la derecha de dónde provenía la voz y me encontré con una mujer algo mayor detrás de un mostrador, la encargada de la biblioteca supongo.
-Si esa soy yo –contesté amable con una sonrisa. –Pero puedes tutearme y llamarme Madi, se me hace raro que me llames por mi nombre completo.
-De acuerdo. Bueno, como verás yo ya estoy algo mayor y la biblioteca es muy grande y no puedo encargarme yo sola de ella. No suelen armar jaleo los que vienen aquí, pero son algo despistados y en ocasiones desordenan libros. Por no hablar de que este lugar acumula mucho polvo. Así que, la idea es que te encargues de eso, ¿podrás? Por cierto, soy Beatrice.
-Encantada Beatrice, claro que podré. –contesté amable también ya que solo era un pobre mujer mayor que no puede encargarse de la gran biblioteca ella sola.
Me dio un trapo para cuando tuviera que limpiar, y ahí es cuando resoplé y me dije a mi misma que este sería un trabajo duro.
Harry.
Teníamos clase de matemáticas y el profesor no había venido hoy porque le pasaba no se qué cosa, que, realmente, me daba igual, el caso es que nos habían dejado esta hora libre, normalmente iríamos a pasar el rato al campo de fútbol pero dado el estado en el que está, esta prohibido pasar por ahí hasta que lo arreglen, por lo que nos hemos quedado sin pista hasta dentro de bastante tiempo.
Asi que no nos quedó otra opción a los chicos y a mí que volver a la habitación.
Subíamos por las escaleras del hall y me pareció ver a Madison pasar a la biblioteca, lo que era francamente extraño, pero que no le di mucha importancia, ya que llevaba un buen rato con la sensación de que nos observaban, lo que era más extraño aún, pero en fin, igual es solo imaginación mía, por eso no les dije a nada a los demás.
Llegamos al pasillo de la habitación por fin y en ningún momento se había ido aquella sensación, Liam había abierto la puerta y los chicos ya pasaban, cuando vi una silueta de alguien vestido de negro al otro lado del pasillo…
-¡Harry! ¡Hey! ¿Ocurre algo? –preguntó Niall desde el marco de la puerta.
Volví a mirar y ya había desaparecido, por lo que contesté un “nada” no muy convencido, por lo que Niall me miró extrañado, pero no dijo nada, observé el pasillo unos segundos más, pero no volví a ver nada por lo que pasé a la habitación.