Capitulo Único

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Estaba cansada, pero ¿Quién lo sospecharía? Una vida perfecta, padres amorosos, buenos amigos.

Nadie lo vio venir, pero, estaba cansada.

Como si tuviera una maldición siempre arruinaba todo para todos, solo hacia daño, como un insignificante ratón, pequeño, sin importancia, mordisqueando los bienes de las personas. Un ratón que debía desaparecer, para siempre.

Desaparecer sin vuelta atrás.

Ella se veía fuerte, enfrentaba los problemas de frente, eso pensaban, porque nadie la vio llorar en la noche, por que nadie vio como gritaba de dolor internamente mientras daba imponentes respuestas ante los insultos de Chloe.

Felicidad, es lo que irradió por mucho tiempo, pero esa noche lo único que había en su mirada era tristeza.

Tenia una gran responsabilidad y la verdad se sentía culpable por pensar en hacer eso con el futuro de tantas personas en sus manos, aun así, lo hizo, dejó su trabajo a alguien más antes de irse, se aseguró de no fallarle a su responsabilidad, pero lo hizo.

Esa mañana fue simplemente impactante para todos. Lo único que pensaban era ¿Qué pasó? y ¿Por qué?

La verdad no entendía porque preguntaban eso, lo que sucedió es simple. Esa mañana cuando fueron a despertarla la encontraron colgada del cuello a una soga, murió en la noche, mientras todos dormían, nadie se dio cuenta hasta la mañana.

Era imposible que ella hubiera hecho algo como eso, las investigaciones empezaron, huellas, registros de compras, actitudes. Ella lo había hecho, nadie más había sido participe de su muerte.

La lloraron por muchos días, nadie entendía que ella estaba cansada, no dejó ni una carta explicando sus razones, solo se fue.

Pero había alguien que lo sabía, alguien que la espiaba en las noches de llanto, alguien que nunca se atrevió a interrumpirla, alguien que la pudo salvar.

Porque yo vi las señales. Porque no hice nada.

- ¿Lo sabias no? – Pregunto la azabache de dos coletas.

- Debí impedirlo.

- Pero no lo hiciste y ya no hay vuelta atrás – dijo mientras se inclinaba y se sentaba frente a mí.

Estaba llorando recostado a una pared de mi cuarto con las rodillas en el pecho, ella empezó a acariciarme el cabello suavemente.

- Sabes que no fue tu culpa ¿Cierto? – Preguntó acariciando ahora mi mejilla.

- La idea de hacerlo y las razones no fueron mi culpa, el que sucediera fue porque no intervine.

Se quedó en silencio mientras seguía acariciando mi mejilla, luego de un eterno minuto en el que nuestras miradas verde y azul chocaron intensamente.

- Debes seguir tu vida.

- ¿Cómo lo hago después de todo esto?

- Solo debes darte cuenta de que todo será igual que antes, sabes que puedes contar conmigo, siempre estaré cuando me necesites, solo ve a visitarme y cuenta conmigo – Dejo de acariciarme, se puso de pie y empezó a caminar lejos de mí.

- ¡Marinette! – grité cuando ya era tarde, ya se había ido, pero la necesitaba, así que decidí seguir su concejo y la fui a visitar.

Con una simple rosa roja la encaré, me senté frente a ella después de darle la flor y le dije.

- Te extraño mucho.

Sentí el calor de su abrazo, pero no pude ver otra cosa que la lapida gris frente a mí.

Marinette Dupain-Cheng

La mejor hija, amiga y persona que pudimos conocer

Es un mensaje corto para lo increíble que ella fue, pero nadie sabia que escribir ahí, no podían decir que era feliz porque no es cierto, tampoco que merecía la vida más que nadie, porque fue su elección. Simple y verdadero, así era el mensaje en su tumba.

Si el hubiera decidido el mensaje podría hacer un libro entero de lo que quería escribir sobre ella. De hecho, lo estaba haciendo, día tarde y noche Adrien Agreste describía perfectamente la personalidad, los sentimientos, el efecto que causaba en los demás, su historia, escribía sobre como la espiaba siendo Chat Noir y como sabia de su dolor. Porque esas palabras serían su despedida, porque se iría lejos, donde el recuerdo quede en su mente y en su corazón, donde pueda empezar de nuevo.

Las lagrimas no faltaron, al leer todo lo que plasmo sobre ese cuaderno el joven rubio que ahora estaba en algún país distante, nadie sabe cuál, solo saben que el estaba cansado, pero no haría lo que hizo ella, más bien se aseguraría de que nadie tomara esa decisión, porque nadie lo supo pero él estudió psicología en el país con más suicidios anuales y salvó muchas vidas con charlas y con oficinas de ayuda personalizada para cada caso, el defendió la vida hasta la muerte natural, no quería que nadie más muriera por cansancio como ella.

En Francia el promedio de suicidios es de 17.6 por cada 100.000 personas, ocupa el puesto numero 20 entre los países con alta tasa de suicidio.

El país en el que mas suicidios suceden es en Groenlandia donde 83 personas entre 100.000 se suicidan, este es un promedio que cada año va en aumento.

Cansado (MLB OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora