Algo cambió

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Ubicación: En las afueras del Museo
Hora: Unos minutos después de que se fuera Cristian y Jade.




------------------------------------------Narración de Victor-------------------------------------------------------------

Vi como Jade y Cristian cruzaban a toda prisa la pista, hasta que entraron por una avenida.

Alma y yo seguimos llamando la atención de esas cosas. Temía por nuestras vidas, y temía que en cualquier momento yo me tropezara y terminará echando todo a perder, porque cualquier movimiento definiría nuestro destino.

Estando un poco lejos del museo, cuando nos dimos cuenta de que ya no había espacio para retroceder, pues atrás nuestro estaba una casa de unos 3 pisos.

- ¡Corre hacia la derecha y yo iré por la izquierda! –Gritó Alma.-Hay que asesinarlos uno por uno –añadió.

No dude y corrí hasta un tacho de basura, luego fui recto.

Había 6 de esas cosas sueltas, por lo que yo acabaría con 3 y Alma con el resto. Al lograr atraer a 3 de esas cosas, note mejor sus características, como pus en el ojo, la esclerótica de color amarillo, piel pálida o grisácea, algunos con caída de cuero cabelludo, y sólo uno con deformidades en las muñecas y rostro.

Trate de separarlos un poco, corriendo de un lado a otro haciendo maniobras para que no me atraparan, y cuando ya los tuve como quería. Agarre mi hacha, respire profundo, luego alce el hacha y cuando esa cosa se acercó lo suficiente, le impacté en el cráneo un hachazo limpio, el cual saqué colocando mi pie como palanca y luego jalé el mango.

El cuerpo de esa cosa, se bamboleó un momento, hasta que cayó.

Retrocedí de inmediato, viendo mi hacha manchada de sangre, lo cual me dejó unos segundos en shock, porque nunca había matada a una de esas cosas, y mucho menos había estado a tan pocos pasos de uno...el único capaz hasta el momento era Cristian, el cual ni parecía afectarle tener las manos manchadas con esa sangre tan espesa y negra....

- ¡VICTOR! ¡REACCIONA! –Gritó desesperada Alma.

Esa cosa se iba a abalanzar sobre mí cuando yo retrocedí torpemente, haciendo que mis pies se cruzaran y luego caí. Se iba a lanzar sobre mí, pero yo reaccione por instinto y me giré hacía la derecha, agarrando mi hacha con firmeza, y como mi víctima estaba en el suelo aproveché para propinarle un golpe con mi arma filosa.

Me levanté enseguida, con la adrenalina en mis venas, sintiendo que podía acabar con 5 de esas cosas sólo con mi hacha, hasta que un grito desgarrador me despertó.

-¡Victor, ayuda! –Alma tenía una expresión de horror que me causo pavor.

Corrí para auxiliarla, mientras que ella forcejeaba con una de esas cosas encima, hasta que llegué y terminé con esa cosa.

Alma y yo decidimos acabar juntos con el resto, porque sólo eran 2. Cuando una estaba cerca, Alma corrió hasta ella para aturdirla con su bastón policial, y luego yo le propiné un hachazo el cual fue efectivo. Solo quedaba uno, por lo que Alma corrió más rápido hacia esa cosa para aturdirlo, luego yo me le acerqué y cuando tenía el hacha alzada...

Un disparó se oyó, ocasionando que me distrajera, y esa cosa se abalanzará sobre mí.

Forcejee con todas mis fuerzas, pero esa cosa estaba cada vez más cerca de mi yugular, y si lograba alcanzarlo sería fatal. Justo cuando creí que moriría, un disparó atravesó su cráneo, haciendo que su sangre salpicara en mi rostro, y en mi boca. Qué asco.

- Mierda. –Comentó con desagrado.

Ella se acercó con un pañuelo, el cual recibí para limpiarme el rostro.

- Pensé que morirías. –Dijo, para luego darme un abrazo.

-¡Qué tórtolos! –Exclamó una mujer a lo lejos.

- ¿Qué? –Alma se separó de inmediato de mí. –No.

La mujer soltó una carcajada. Mientras se iba acercando pude notar que era castaña, de unos 32 años, de contextura algo gruesa, y llevaba puesta ropa de oficial, pero no venía sola, ya que con ella estaban dos jóvenes pelirrojos, gemelos, de unos 20 años.

- ¿Tú eres la que salvo a mi amigo? –Preguntó Alma, a lo que la mujer respondió asistiendo.

- Un gusto. Soy Nataly, y ellos son mis vecinos, Carlos y Junior. –Señaló a los jóvenes.

- Hola. –Dijeron al mismo tiempo. ¿Qué casualidad, no?

- Gracias. –Alma agradeció con una sonrisa en los labios.

- Me parece que él debería decirlo. –Sonrió con picardía.

- Cierto, gracias. –Respondí avergonzado.- ¿Qué hacen por aquí?

- Nos dirigimos a una gasolinera, pero como escuchamos la voz de tu amiga, decidimos cambiar de planes. –Dijo Caros, el gemelo con un collar de cruz en el cuello. –Creo que nos merecemos una recom... ¡Auchh! –Gritó por el pisotón que le dio Nataly.

- No nos deben nada. –Dijo mirándome con una sonrisa.

- Tampoco tenemos que ofrecerles....sólo nos queda una lata de comida. –Dijo Alma.

- Sí que están en líos. –Soltó Nataly.- Tal vez podríamos hacer un trato...ayudarnos mutuamente.

Jade y Cristian no llegaban aún, eso me preocupaba, temía porque algo les hubiese pasado.

- Mis amigos han salido hace muy poco. Me temo que no podemos responder a su proposición hasta que regresen. –Comenté

En eso un disparó de oyó.

-Oh no... -Susurro Nataly.

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