Perspectiva.

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No existen días malos, solo existen días diferentes, llenos de rutina o con cambios necesarios, solo debes apreciarlos, alegrarte de ellos y aprender...

El vendedor ambulante estaba furioso y empapado hasta los zapatos del fuerte aguacero que recibía parado en la esquina del supermercado, el pronóstico del tiempo había asegurado que sería un día soleado y caluroso como las dos semanas pasadas.

La lluvia no le molestaba tanto como aquellas 30 cajas de bloqueador solar que aún quedaban en su casa; como era posible que hace dos semanas había comprado esas 100 cajas de bloqueador y rebosaba de felicidad vendiendo a raudales su mercancia y ahora, no quedaba ni una pizca de aquella alegría en su rostro.

Lo había tenido planeado, pensaba tener una semana más para vender lo que quedaba de mercancía y esperar la venta siguiente; no fue así, las lluvias apenas comenzaban, de la nada un frente frío entraba al país cambiando los planes de aquel vendedor y probablemente, cambiando su vida por completo "porque muchas veces lo que planeamos no es siempre lo que resulta".

El vendedor pudo aceptar el error cometido, lamentarse un poco (que no es malo) por su idea frustrada, buscar la manera de recuperarse, usar un plan B para seguir adelante y comprar otro tipo de mercancia acorde al clima, no fue así; en lugar de eso persisitió en su necedad tratando de vender sus productos bajo las fuertes lluvias. Porque cuando nos es díficil aceptar nuestro error, reconocer que nos equivocamos y arreglar nuestro problema seguimos tal cual estabamos, hundiendonos más en el abismo que nos encontramos, evadiendo el problema como tal y llamandolo "percanse ó contra tiempo", solo por el ego de no aceptar nuestra culpa decidimos seguir  adelante aunque involuntariamente vayamos hacia atrás.

Cada día era peor que el siguiente según el vendedor, lo que nunca cambiaba era: la lluvia y su semblante, siempre fuerte y frío; el dinero comenzaba a acabarse, el mes de renta estaba por terminar, aún no conseguía vender sus 30 cajas y estaba desesperado pero persistía en su error llamandole "contratiempo", estaba tan confiado asegurando que no era la primera vez que algo así pasaba "dos días más y esta lluvia se esfuma, solo es cuestión de esperar" se decía para sí.

Los dias pasaron tan lento; el mes acabó y no conseguía vender su producto, era necesario hacer algunos pagos y el dinero que tenía no alcanzaba, poco a poco estaba quedandose en la ruina solo por un error que pudo arreglar tiempo atrás, aceptando su culpa y doblegando su tonto ego, pudo aprender una gran lección sin recibir una gran consecuencia pero él decidió recibir la gran concecuencia aprendiendo su lección, no reconociendo su error, siguiendo hacia delante cuando en realidad, iba hacia atrás...

Ahora el vendedor no vende más, lo encuentras en el mismo lugar de siempre, en la esquina del supermercado esperando que alguien lo vea, esperando que alguién se apiade de él regalandole un par de monedas solo para no morir de hambre, para vivir un día más, solo un día más.

Porque no existen días malos, solo días diferentes depende de como los quieras ver.

25 de agosto de 2019

F.E.


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