Erase un hombre en silencio admirando por ultima vez el cielo estrellado, sentado en la esquina de un puente esperando el momento indicado.
Por más miedo que dijera no tener lo tenía, pero más temía seguir fingiendo una vida que no vivía.
Unas cuantas lagrimas lograron escaparse, el pobre hombre en silencio estaba a punto de lanzarse.
Una fresca brisa pasó por el lugar, haciendole pensar en cuantas cosas no pudo disfrutar, cuando del cielo una hermosa luz emanó, una estrella deslumbrante el observó.
Su luz no era como las otras, era una luz fuerte pero delicada, una luz que alumbraría su camino una vez más.
Decidió irse a su casa admirando la estrella en todo el recorrido, decidió comenzar de nuevo, una vez más, a vivir la vida que no había vivido.
Cuando de día realizaba sus rutinas, la noche la anhelaba con tanta devoción, sabía claramente que solo observar a la estrella podía, que no le pertenecía, pero el a su luz se acostumbró.
No pasaba un día sin tener que admirarla, no pasaba una noche sin tener que observarla, la estrella de luz fuerte pero delicada, sin darse cuenta comenzaba apagarse.
Poco a poco la luz que emanaba, comenzaba a menguar con el pasar de las noches, el hombre en silencio entristeció, no quería perder lo que no le pertenecía.
Las noches pasaron y el la seguía admirando a pesar de todo, la estrella menguaba cada vez más, hasta un punto de casí confundirse con las demás.
Fue una noche de niebla, las nubes el cielo no dejaron divisar, el hombre en silencio lloró una vez más, una noche, una noche no la pudo admirar.
Su día siguiente transcurrió como todos, la rutina de siempre le pesó pero ahora aún más, solo quería que fuera de noche y estar en su lugar favorito de siempre, junto al puente, admirando aquello que no le pertenecía.
El día acabó, el sol se escondió, la luna se divisó, el hombre sonrió; caminaba ligero, quería apurarse y descansar observando la estrella que no le pertenecía; al llegar al puente observó el cielo estrellado, estaba repleto, ni una nube se lograba divisar, todo como el primer día.
Buscó y buscó con lagrimas en sus ojos pero no la encontró, no estaba, la había perdido; podían existir millones de estrellas parecidas a su estrella (que no le pertenecia) pero eso a el hombre en silencio no le importaba, quería a su estrella, solo una noche más, solo una noche más...
21 de agosto de 2019.
F.E.
NOTA:Dejo el final abierto para que decidas en tú mente cual es el mejor...

ESTÁS LEYENDO
Silencio...
Ficción General¿Que ironía no? Llamarle silencio aquellas palabras que resuenan dentro, palabras que no pudiste pronunciar, palabras que hacen eco una y otra vez cerrando el ciclo y volviendo a comenzar; un círculo vicioso. No era egoísmo pero siempre quise guarda...